18 de diciembre de 2007

Y todavía falta lo peor...

Carta de lectores en La Nación
Ocurrió en Siracusa

Señor Director:

"En la antigüedad hubo un tirano llamado Dionisio, que gobernaba despóticamente Siracusa. Muchos lo odiaban y él lo sabía. Supo también que una anciana, la mujer más vieja de toda la población, ofrecía cotidianamente palomas blancas ante el altar de los dioses, pidiendo una larga vida para Dionisio. Este, intrigado, la mandó llamar y le manifestó su extrañeza. Le dijo: «Sé que muchos no me quieren y por eso me sorprende tu devoción y tu amor». La mujer contestó: «Nadie en esta ciudad me supera ni me iguala en el odio que te tengo. Pero soy muy vieja, he vivido mucho y sé que a todo gobierno malo lo sucede otro peor. Le pido a los dioses que dilaten ese espanto».

"Mientras se desarrollaba la ceremonia de traspaso del poder en nuestro país, del marido a su esposa, he pensado con aprensión en la anciana de Siracusa."

René Balestra

4 comentarios:

Cogito Argentum dijo...

El Optimista: Si la cosa sigue asi, vamos a comer mierda.

El Pesimista: Alcanzara para todos?

Javier Bazán Aguirre dijo...

Tan pesimistas. No ven la luz al final del tunel.

BlogBis dijo...

En nuestro caso, la luz al final del túnel es un tren expreso que se nos viene de frente!

Carlos dijo...

Sueiro también veía la luz.