28 de abril de 2008

Hipocresía

Hace unos años se armaba escándalo en los medios cuando se descrubría que un encumbrado funcionario nacional mandaba a sus hijos a un colegio privado.

Todo el mundo se preguntaba: ¿Qué clase de confianza tiene este político en el sistema público que él administra si acaba confiando en la escuela privada?

Esta aparente contradicción parece ahora haberse generalizado.

No se puede ver más que como una gruesa ironía el hecho de que al mismo tiempo que el país que vota mayoritariamente gobernantes que ensalzan lo público y favorecen la re-estatización de empresas antes privatizadas, sus habitantes, cuando se trata de la educación de sus hijos, eligen cada vez más el sistema privado.

Se confirma que en los dicursos todos somos políticamente correctos, pero cuando se trata de nuestro bolsillo y del futuro de nuestros hijos, preferimos elegir lo que sabemos que funciona.

Sería bueno que los argentinos nos sinceráramos respecto a nuestras predilecciones.

Más aun teniendo en cuenta el tipo de educadores que mantiene el sistema público...

1 comentario:

Coki dijo...

Hola, recién conozco tu blog, me pareció interesante y me lo estoy agregando al Google Reader.

Coincido con esta entrada, fijate que unos días antes planteé algo parecido: http://www.nanopoder.com.ar/2008/04/lgica-pblica.html

Saludos.