Perú ha elegido un camino que muchos países de Latinoamérica desprecian.
Sus gobernantes no se suelen pasear por Europa haciendo alarde de sus rasgos andinos o luciendo las versiones modernas de sus ropas tradicionales.
Perú no le ha declarado últimamente la guerra verbal a Estados Unidos ni adhiere a socialismos perimidos.
Sin embargo este país no deja de despertar esperanzas en lo económico al mismo tiempo que los tan mentados indicadores sociales empiezan a ser menos negativos.
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