Todos recordamos cuando en pleno apogeo de la convertibilidad algunos decían que se estaba construyendo un país para unos pocos. Más precisamente, un tercio saldrían beneficiados del modelo económico mientras que los dos tercios restantes harían el papel de meros espectadores.
No sé de qué proporciones se puede hablar ahora con los Kirchner a la cabeza de la economía. Pero es seguro que sigue habiendo espectadores que miran todo desde afuera a pesar de que la pareja gobernante dice haber llegado al poder para revertir esa situación.
Pone ésto en evidencia un modesto maestro rural que escribió una carta abierta a la presidente Cristina Kirchner.
El docente le intenta explicar a la gobernante que el tren bala va a ser un transporte para ricos mientras que él, como los alumnos de su escuela, sólo lo van a ver pasar a la misma alta velocidad con la que la falsa modernidad pregonada por Cristina va a dejar atrás a millones de argentinos en el mediano plazo.
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