23 de junio de 2008

Encontrá las 10 diferencias


La Comisión de Estudios Históricos del Instituto Nacional Browniano realizó un análisis del texto "Bouchard, el corsario de la patria", de Felipe Pigna.

La comisión de Estudios Históricos ha analizado el texto "Bouchard, el corsario de la patria", de Felipe Pigna; considera que deben señalarse los siguientes errores históricos y pone al alcance de los interesados la bibliografía correspondiente.

1. El reglamento español de Corso de 1801, no fue un "mamotreto" como escribe Pigna, sino "una completa legislación de larga aplicación en el Plata a partir de Mayo de 1810. (Ver Rodríguez - Arguindeguy: "El Corso Rioplatense", página 53.

2. El hermano mayor de Guillermo Brown, integrante de la expedición corsaria al Pacífico, se llamaba Miguel y no Luis como figura en dos oportunidades en el texto, lo que no es error de tipografía sino del autor.

3. Felipe Pigna menciona al duque de Florida Blanca como Gobernador de Guayaquil y a su sobrina, la condesa de Camargo, ambos prisioneros en la fragata "Consecuencia", nombres que no figuran en la bibliografía disponible. (Ver "Guillermo Brown. Apostillas de su vida" p. 111 y "El Corso Rioplatense" p. 177, de Rodríguez - Arguindeguy)
La lista completa figura en el artículo original.

4. Guillermo Brown no usó el pabellón nacional como poncho o chalina como se observa en los dibujos del libro sino que, como leemos en las "Memorias del Almirante Brown", publicación de la Comisión Nacional de Homenaje al Almirante Brown en el centenario de su muerte, habiendo perdido toda la ropa en el saqueo, el comodoro Brown se vio obligado, para ir a tierra, a envolverse, nada menos que en el pabellón patriota que encontró en cubierta. (p.52)

5. En cuanto el trato que recibió Brown, al que el dibujante representa en un acelda sentado en el suelo, leemos que en su "Memoria" escrita en 3ª persona, "Desde la playa donde el gobernador permanecía a caballo (...) fue conducido a la guardia por algunos oficiales de la confianza y principales habitantes de la ciudad. Inmediatamente se le remitieron ropas y el Gobernador le invitó a comer. La calma que desplegó ante tal revés de fortuna, le mereció el respeto de todos los que se hallaban allí reunidos, así como la temeraria intrepidez que demostrara muy poco antes, había excitado su admiración, sobre todo la del Gobernador y del Obispo, quienes lo cumplimentaron de la manera más honrosa" (p. 52)

6. Pigna describe un ataque demoledor a la ciudad por Bouchard y su tripulación quienes, por las armas, obligan a las autoridades, tras someterlas en la residencia oficial, a liberar a los prisioneros y especialmente, al Almirante Brown. La documentación histórica esteblece, sin dar lugar a dudas, que esa liberación se logró por tratativas entre Miguel Brown y Vasco Pascual.
Leemos en la "Memoria" del Almirante Brown: "Tan pronto como la pérdida del Trinidad se supo en la escuadrilla qeu estaba todavía en la Puna, la Hércules que había quedado al mando del Capitán Miguel Brown y el Halcón zarparon y procedieron a remontar el río, resueltos a destruir la ciudad, si su jefe y sus compañeros de armas no eran tratados como prisioneros de guerra. Antes de que ellos estuvieran a la vista, el Gobernador despachó un parlamento proponiendo canje de prisioneros a satisfacción de ambas partes. (p. 52)

7. Lenguaje inadecuado en un texto que pretende ser escrito para escolares. Nuestro idioma posee un riquísimo material sin necesidad de utilizar expresiones procaces que desvirtúan la finalidad educativa de la obra.

8. Tras Guayaquil, Buenaventura y Galápagos, Brown navegó hacia el Atlántico por la ruta del Cabo de Hornos. Noticias sobre la presencia portuguesa en el Plata, lo obligaron a dirigirse a la isla Barbados para reparar su nave. La insidiosa intervención del capitan Stirling lo llevó a Antigua donde fue juzgado por la corte del Adelantazgo local.
Estos hechos aclaran que Brown no continuó la guerra de Corso en las Antillas como especifica Pigna. Ver "Apostillas..." op. cit. p. 111, y Ratto, op. cit. p. 120.

9. El lugre mencionado como San José se denominaba Neptuno.

10. Bouchard fue muy severo en su propiedad económica peruana, pero ello no debe llevar al lector al concepto de inhumanidad. No puede presentarse su imagen con trabajadores encadenados y engrillados como en épocas de dura esclavitud, sobre todo en un trabajo para escolares fácilmente influenciables.

La Comisión de Estudios Históricos no recomienda la difusión de este texto como bibliografía de nivel escolar.

Este artículo fue publicado en la Revista del Mar. Año LIII. Nº 162

4 comentarios:

BlogBis dijo...

Muy bueno SM!
Pigna es consecuencia de la pobreza formativa -e informativa- que tenemos en Argentolandia. Se sube a la fantasía de que los historiadores han mentido en una especie de conspiración de tres siglos... Lo triste es que fuera del cuento mitrista y las mentiras del revisionismo, la Historia Argentina es casi una tesoro perdido.
Y así estamos, con mayorías que no saben ni de dónde venimos ni cómo nos formamos como país.

Louis Cyphre dijo...

Dignísimo intelectual de la Argentina kirchnerista.

Tortita Negra dijo...

Hace tiempo que leí ese comentario de la CEHINB, y me pareció realmente vergonzoso. Pigna es un revisionista sin duda, y me dá mucha verguenza que deje dibujada la historia agentina de ese modo. Aunque lo "bueno", si puede decirse, es el hecho de atraer gente, que quizá nunca leería historia de otro modo.

Pero ahora que lo pienso es malo si la gente se acerca a una bazofia mentirosa y no a otra cosa.

Por otro lado, ahora que estoy leyendo a los "Grandes y pequeños hombres del plata" de JBA, entendí perfectamente a lo que Rubén llama el "cuento mitrista"

A todos les recomiendo ese librito, muy bueno.

TN

Anónimo dijo...

¿Qué se puede esperar de ese lame... lameeee... Lame "carteras Louis Vuitton"?

Es un caradura que pinta la historia como le da la gana (lo escuché comparar a CFK con Evita, babeando de admiración! PUAJ!), pero gracias a los tipos como él abandoné la facultad de derecho para dedicarme a las máquinas... Uffff como me revienta que me quieran meter bosta en la cabeza. Bueh, ya me fui por las ramas de "mi" historia "autodidáctica".

Arconte (en off)