27 de julio de 2008

Cristina Jeckyll y Mrs. Hyde




Sea kirchnerista o antikirchnerista, ningún argentino de buena voluntad desea, por lo pronto, volver a 2001.
Venimos de conocer el abismo.
Aun los más irritados por la soberbia y el autoritarismo oficial sienten todavía el dolor y la angustia de aquel año crucial, que los induce a detenerse espantados ante el fantasma de su reiteración.
Según las encuestas, el Gobierno de los Kirchner ya no tiene el apoyo de cuatro de cada cinco argentinos.
Pero es tal la angustia que acomete incluso a quienes lo critican con mayor irritación, que muchos de ellos tienden a imaginar, aunque parezca improbable, un cuadro de redención.
¿Cómo lo dibujan entonces?
Suponiendo que el malo de la película es Néstor Kirchner y que la buena es su esposa porque aún conserva, aunque sea a escondidas, las semillas de la rectificación.
(fuente)

Kirchner fue construyendo un descomunal poder dentro del gobierno de su esposa, aun contra sus propias promesas previas.
Durante el gobierno del ex presidente, Cristina tenía derecho a veto, pero lo ejercía decisivamente dentro de un cuarto en el que sólo cabían tres o cuatro personas.
La diferencia con Néstor Kirchner, que también tiene ahora un abrumador derecho a veto, es que éste lo ejerce desde las tribunas o desde sus estrafalarias conferencias de prensa.
Una vez que se pronunció el jefe político del Gobierno, la propia Presidenta resulta con los pies atados, imposibilitada de caminar hacia cualquier lado.
(fuente)

Con matices ligeramente diferentes -que dejan traslucir tibiamente algunas dudas- tanto Grondona como Morales Solá -en línea con muchos otros analistas políticos- suscriben con insistencia la 'teoría del entorno' mediante la cual Cristina es buenita pero Néstor es el malo que no la deja gobernar.
Recuerdo un momento durante su discurso al asumir, cuando ella, de manera socarrona, le preguntó a su consorte y ex presidente: ¿Se va?...

La absurda telenovela matrimonial, y la especulación -en la que se anotan entusiasmados casi todos los politólogos- en torno a quién decide qué, pretende disimular el gravísimo error que cometió la enferma sociedad argentina al elegir a una pareja para que la gobierne.

4 comentarios:

Unknown dijo...

Raquel
Adhiero a tu diagnóstico sobre la enfermedad sin nombre que aqueja a nuestra sociedad.
Las consultoras deberían volcar su conocimiento en sociología investigando su etiología, ya que los síntomas son nuestro padecimiento cotidiano.
Yo sigo buscando al psiquiatra perfecto; tengo dos nuevas figuritas que son de las díficiles:
El psi sospechado de paidófilo,
y el gurú new age,Radovan Karadzic comprobado genocida
Es que lo que Natura non da, Salamanca non presta.
Besos

Sine Metu dijo...

son la misma mierda en el mismo tacho y tienen el mismo olor, la única diferencia es que cristina no tiene pene, entonces le cuesta más.

Carlos dijo...

No tiene pene ni falo que no son lo mismo.

Anónimo dijo...

Estimada Raquel, ambos K son exactamente iguales. No al cuete hace una pila de años que están juntos. Es una sociedad política. La teoría del entorno fue aplicada allá por los 70 al pobre general, que si bien estaba cachuzo, no tenía ni un pelo de idiota. Uno se rodea de la gente a la que uno permite acercarse. Y si uno le permite acercarse a ciertas personas, es porque alguna afinidad tiene con ellas, no?
Corresponsal para BlogBis desde el Congreso de la Nación.