Hace unos días SineMetu comentaba acá sobre la deformación de la representatividad de la Cámara de Diputados. A las cuestiones aritméticas hay que agregar una cuestión no menor, que es el haber sacado de la galera una pila de provincias nuevas, un truquito que usó Perón para asegurarse una mayoría abrumadora en sus dos primeros gobiernos, y que siguió hasta 1990 cuando se creó la provincia de Tierra del Fuego.
Otra herencia de la aberrante reforma constitucional de 1994 es la metida de mano en el Senado, organo diseñado cuidadosamente en 1853 para ecualizar el peso poblacional de las provincias, con un reaseguro adicional para separar a los senadores de las contiendas electorales: debían ser electos por las legislaturas. La furia "democratizante" no solo impuso la elección directa rompiendo ese vínculo sino que incluyó el absurdo "senador por la minoría".
En 1853 el artículo 46 decía:
" El Senado se compondrá de dos senadores de cada provincia, elegidos por sus Legislaturas a pluralidad de sufragios, y dos de la capital elegidos en la forma prescripta para la elección de Presidente de la Nación. Cada senador tendrá un voto"
Desde 1994 el artículo 54 expresa
"El Senado se compondrá de tres senadores por cada provincia y tres por la ciudad de Buenos Aires, elegidos en forma directa y conjunta, correspondiendo dos bancas al partido político que obtenga el mayor número de votos, y la restante al partido político que le siga en número de votos. Cada senador tendrá un voto. "
Ahora, cuando los intereses de las provincias colisionan brutalmente con el del partido que maneja el ejecutivo nacional, la estupidez de esta reforma apresurada y la influencia del voto popular -que deliberadamente había sido reducido por los Constituyentes del 53- se pone en evidencia.
4 comentarios:
Es que no se trata de un partido nacional, sino de una monarquía imperial
Según el art.54, si en una provincia de 300 votantes obtiene 101 votos el partido A, 100 votos el partido B y 99 votos el partido C, el A se lleva 2 senadores y el B el senador restante.
La representación mas lógica sería la de un senador por cada partido.
Algunos gansos consideran que el senador por la minoría es un gran logro del rosquero Alfosín.
El tercer senador que va porla minoría ha desnaturalizado la función del Senado. Ese senador no representa a la provincia sino a un partido político.Además es imprescindible volver al sistema anterior con dos senadores por provincia y elegidos por la legislatura de cada una. Para evitar los vicios que habían en las elecciones de senadores se debería haber perfeccionado el proceso electoral y no haberlo cambiado por otro totalmente absurdo.
En los Estados Unidos y en Gran Bretañas, cuando hay elecciones para cubrir vacantes del cuerpo legislativo,con frecuencia se presenta un sólo candidato a cubrir el cargo y es consagrado ganador por aclamación prescindiendo de la votación popular. En los EEUU llega a ser hasta el 30% los casos de un sólo candidato a una plaza congresional. No se que pasaría si en Argentina alguna vez ocurriese un caso así en alguna provincia, puesto que los partidos sólo pueden presentar dos candidatos para cubrir tres puestos.
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