18 de julio de 2008

Risa enferma

Dió vergüenza ajena ver anoche a la Presidente, luciendo su sonrisita de utilería en un acto en el Chaco.

Por eso, y más allá de la auforia de ayer por el batacazo en el Senado, debemos recordar que todavía estamos en manos de estos desquiciados, que no dudarán en volver a poner el país patas para arriba si se los permite la ocasión.

Si fueron capaces de hacer el daño que hicieron en los últimos cuatro meses -para defender una resolución pedorra- sería casi rídículo que esperásemos una reacción madura y sensata, ahora que el barco se les está hundiendo.

Joaquín Morales Solá, que parece haber perdido defininitivamente su tradicional pudor para criticar al gobierno, destaca esta mirada autista de nuestra monarca: Cristina, como si viviera en otro país.

El Groncho mayor, que está de vuelta, aprovechó para hacer un balance de su gestión:

Quería insertarnos en el "concierto de las naciones"
y terminó a los besos con Chávez;
quería impulsar un Acuerdo del Bicentenario
y festejaban a Luis D´Elía corriendo vecinos en la Capital;
soñaba con "cerrar el círculo virtuoso de la creación conjunta"
y mandó a quemar campos y romper Silo Bolsas de productores;
nos llamaba a "repensar el relato histórico de lo
que nos pasó como sociedad en los 90"
y le pidieron por favor a Ramón Saadi que levantara la manito;
y cuando nos prometía convertirnos
en un país como Alemania, su sistema policíaco de espías,
escuchas y operaciones de inteligencia nos ubicó allí,
pero en 1933.

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