¿Es correcto?

Natasha Niebieskikwiat para Clarín

La secta Moon es -para muchos- una especie de mafia financiero-teológica que cuenta con cientos de empresas asociadas.
Constituye, en el fondo, uno de los imperios económicos privados más poderosos del mundo.
Posee recursos casi ilimitados y compañías repartidas en todas partes: hoteles, agencias de viaje, empresas pesqueras, fábricas de alimentos, industrias de armas, granjas, centros vacacionales, restaurantes, imprentas y publicaciones.
En Estados Unidos controla cientos de escuelas.
Esta organización pseudo religiosa predica la paz, pero también se enriquece con la guerra.
La Iglesia de la Unificación es accionista de los mayores consorcios del complejo militar-industrial, como MacDonnell-Douglas.
En Corea del Sur es propietaria de decenas de compañías.
La principal, Tongil Industrial Company, produce armamento ligero y no tanto: fusiles M-16, ametralledoras, lanzacohetes, y la ametralladora antiaérea Vulcano.
En segundo lugar se ubica la Illwha Pharmaceutical Co, que industrializa el té de gingseng -extraído de la raíz de una planta con 'virtudes tonificantes' y supuestamente afrodisíacas, que produce ganancias anuales de cientos de millones de dólares.
Moon posee, además, en otras, la Ilshin Handicraft y la Tangatita Minus Industrial.
Por otra parte, desde Japón la secta se proyecta a Asia y desde Francia a Europa.
En Japón tiene al menos 60 compañías, una empresa cinematográfica y el diario Seikai Nippo.
Estamos hablando de miles de millones de dólares.
'Los moonies' es el nombre con que popularmente se conoce a los miembros de la secta 'Moon', que ocupa periódicamente las páginas de la prensa mundial con las fotografías de los multitudinarios matrimonios que, por miles, se celebran simultáneamente lugares de gran capacidad.
Sus demás actividades -las económicas- suelen ser poco conocidas.
Esta secta ha tenido una gran variedad de nombres.
'Liga anticomunista mundial', 'Asociación del Santo Espíritu para la Unificación del Cristianismo Mundial', 'Iglesia del Espíritu Santo', 'Iglesia del Principio Divino', 'Pioneros de la nueva era', 'Movimiento universitario para la búsqueda de los valores absolutos' son algunos de ellos.
A menudo las organizaciones de diverso tipo fundadas por la secta toman nombres que contribuyen a desorientar a los desprevenidos y desprevenidas.
Con todo, en 1971, adoptó la denominación de 'Iglesia de la Unificación', nombre que ha mantenido hasta hoy.
La Secta es considerada peligrosa por su enorme poder económico, por su capacidad de infiltrar los ámbitos que podrían estimarse más alertas a sus actividades (científicos, investigadores, profesores universitarios, periodistas, etc.), por la naturaleza de su métodos de reclutamiento de la juventud -Moon mismo ha dicho: 'Yo soy el que piensa por vosotros y vuestro cerebro'- sus famosos 'bombardeos del amor', y por la destrucción de los vínculos de los jóvenes adeptos con sus propias familias.
Estas son algunas de las razones que han llevado a algunos países a proscribirla (Alemania incluso la ha clasificado como una asociación criminal, Austria, Israel, etc).
La secta Moon comprende un conjunto de creencias judeo-cristianas groseramente interpretadas, filosofías de la historia pueriles -como la que supuestamente fundamenta la elección de Corea como tierra mesiánica- tendencias esotéricas, cabalísticas u ocultistas vulgares, y herejías cristianas de los primeros siglos (como todo lo relativo al modo de transmisión del pecado original).
Existe, además, una deformación evidente de ciertas figuras cristianas como la Virgen, y una interpretación antojadiza y poco refinada del sentido de la muerte de Jesús.
No puede tampoco omitirse, en una evaluación de este credo, el conjunto de referencias milenaristas al comunismo.
Tuvo y tiene numerosos problemas con el fisco en USA.
Lo único que diferencia a esta secta de otras igualmente lucrativas, es la megalomanía de su fundador, que se proclama Mesías y aspira a la dominación del mundo, unificado bajo su imperio.

Me pregunto si es correcto que un Poder del Estado le preste el salón.