19 de septiembre de 2008

Domésticas


Anoche disfruté de una velada muy interesante: hubo reunión del consorcio.
Estaban casi todos: ingenieros, contadores, empresarios, artistas, comerciantes, técnicos, médicos, docentes de distintas especialidades, profesionales diversos, y hasta siniestras administradoras de fiduciarios, como Rebecca y yo.
El universo era bastante representativo de un barrio de clase media, salvo dos o tres que son familias muy ricas.
Por supuesto que nadie hablaba a favor o en contra de ningún partido político, nada de divagaciones.
Agotados los temas específicos, nos quedamos un rato charlando informalmente, en una especie de 'reunión amigable de vecinos'.
Yo estaba con calza y camiseta -porque venía de caminar- así que algo avergonzada me dibujé de mujer invisible y me senté en un rincón cerca de la puerta, para pasar desapercibida y escuchar.
Se tocaron muchos temas de actualidad, la mayoría relacionados con la gestión de los K.
Sorprendentemente, en todos los tópicos, los que más entendían del asunto decían que lo que estaba haciendo el gobierno era absurdo, y abundaban con fundamentos sólidos.
Ya sea en la economía, como en las comunicaciones o el transporte o las relaciones exteriores o la política educativa... en fin: no quedó muñeco en pié.
Cuando llegó el whisky, me escabullí.
...
Al llegar a casa me quedé pensando.
Una opina de algo porque medianamente está informada y algo conoce.
Pero hay muchas otras cosas que una recibe y las olvida y descarta sin procesar, porque nos resultan ajenas.
Entonces, de cien discursos botóxicos, una advierte en -digamos- diez de ellos groseras incoherencias.
Pero eso es una cuestión de amplitud en el saber del receptor.
Disponiendo de los conocimientos suficientes fácilmente encontraremos absurdos en todos ellos.
A veces es mejor no saber.
La conclusión que saqué no fue agradable: esta gentuza no tiene idea de lo que está haciendo, y maneja el país como yo conduciría un transbordador espacial.
El rumbo es de colisión, y parece que ya es demasiado tarde para corregirlo.
...
Estuve trabajando un poquito, y al final me desvelé.
Lo único que abundarán en los próximos días serán los embargos.
Al vernos obligados a pagar ganancias, los fiduciarios tenemos que hacer ejecutar a los morosos.
A su vez, quienes nos endosaron los pagarés también por su cuenta lo harán.
Los estudios jurídicos están al tope de trabajo, hablamos de más de mil embargos diarios por oficina.
El nogocio es para todos, y aquí está la verdadera re-distribución.
Nadie va a pagar impuestos por un dinero que no se está recibiendo, aunque de todas formas al final se lo cobraremos al endosante.
...
Resignando una parte de sus fabulosas ganancias, las empresas se financian pagando tasas altísimas en los privados, pero esas tasas (mayores aún) ya las sufrieron los consumidores al momento de comprar.
Y el fisco es un socio más.
Los ejercicios se van cerrando, el tema se concentra entre octubre y diciembre, y hay que consolidar.
Al menos, el estado todavía no se atrevió a tocar el capital.
Pero si se animan a dar un paso más, al menor indicio raro la actividad se paralizará y estos sátrapas que tanto les gusta hablar de 'golpes del mercado' de una vez por todas entenderán.
...
PS: lo que serían las expensas subieron, en lo que va del año, un 41,3%.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me voy de colono a Israel.

Samuel