¿Modestia religiosa?

Las feministas israelíes describen la prohibición como ridículamente cómica.
La ministra de asuntos extranjeros de 50 años y madre de dos ha sido llamada una 'belleza del Mossad' por algunas prensas del mundo pero no tiene problemas de imagen en su propia región.
Solo 600,000 de la población israelí de 7 millones son haredi, o super-ortodoxos, pero tienen fuertes influencias políticas e incluyen oficiales claves como los ministros del gabinete y el alcalde de Jerusalén.
Su estilo de vida es gobernado por reglas estrictas de comida, ropa, material escrito y educación.
Los carteles en las entradas a los barrios super-ortodoxos en Jerusalén advierten que las mujeres deben vestir modestamente en el área.
No hay ningún diario haredi que publique la foto de Livni, dijo Avraham Kroizer, un consejero de relaciones publicas del nuevo primer ministro.
Artistas gráficos desdibujan las caras de mujeres en las fotos que los diarios quieren publicar.
También desdibujan fotos de la televisión u otras cosas consideradas impropias de ser vistas por el público haredi.
Naomi Ragen, la autora de El Sacrificio de Tamar y otras novelas populares que toman lugar en el mundo super-ortodoxo, dijo que la prohibición de fotos de Livni fue excesiva.
Pero no me extraña, dijo Ragen, quien hace campaña para la igualdad de derechos para mujeres religiosas.
Los diarios haredíes nunca publican fotos de mujeres.
Las mujeres no existen.
Estos diarios son iguales a un club de chicos.
Igual cuando están apuntando al mercado femenino, no publican una foto de una mujer con un bebe.
Un diario super-ortodoxo dijo que no usará el nombre Tzipi –corto- para 'Tziporah' que significa 'ave'.
Podemos escribir 'Sra. T. Livni' o solo 'Sra. Livni', pero el nombre Tzipi es demasiado familiar...
No es admisible dar a una mujer el tratamiento de su primer nombre, especialmente cuando es conocido por un sobrenombre, dijo un redactor principal en Hamodia, el diario super-ortodoxo mas antiguo.

The Daily Mail, Londres, vía Radio Jai

Bueno, en todas partes se cuecen habas, y nadie es perfecto.
La relación existente entre los ultraortodoxos judíos, el estado israelí y la ideología sionista siempre fue bastante espinosa, para decirlo de alguna manera.
Aunque con Golda no tenían problemas, porque ella era fea y en las fotos realmente parecía un hombre.