4 de septiembre de 2008
Papelón, y van...
Están apareciendo algunas complicaciones.
Además de las ya señaladas en este blog (1) parece que los chicos del Club le informaron a la botóxica que en vez de 6.706 son al menos 7.900 los millones de dólares que les debemos.
En vez de mandar previamente un fax solicitando una planilla de actualización, el gobierno de estos enfermos prefirió actuar usando su maltrecha e impresentable 'libreta del almacenero'.
Y no advirtieron que los mismos punitorios por los atrasos que la pareja gobernante cobraba impiadosamente cuando ejecutaba hipotecas de la 1050 de Martínez de Hoz, los acreedores le quieren aplicar al país.
Y que aparte hay unos 1.000 millones adicionales que se le deben a España -por afuera-que también habría que honrar en simultáneo, por razones de estricta justicia.
Además de señalar este descomunal papelón, y de las denuncias que ya están apareciendo por la ilegalidad del decreto que dispone el pago, quiero explicar la imagen que ilustra el post.
La mayor parte de la deuda es invisible, pero a veces se encuentran rastros.
El préstamo que hizo Alemania -en el marco de las condiciones del Club- fue para construir unos submarinos, que nunca se terminaron, y aún puede verse la chatarra.
Si como dijo la botóxica 'la deuda con el Club de París debe ser una de las más genuinas que tiene el país porque sirvió para financiar proyectos productivos', otra vez se equivocó.
Vale aclarar que al que es acreedor poco le importa lo que hiciste con lo que te prestó.
Lo único que le interesa es que se lo devuelvas.
Con los intereses, obvio.
(1) No hay vida fuera de BlogBis
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
2 comentarios:
In the town where I was born
Lived a man who sailed to sea...
Buen momento para recordar que entre las primeras payasadas del gobierno K estuvo "recuperar" los astillers Ministro Manuel Domeq García (la famosa fábrica de submarinos, que nunca fabricó ninguno).
Barrieron un poca, acomodaron los fierros oxidados, banda de música, mucha claque y acto para la gilada. En este tiempo apenas se usó el galpón para armar alguna barcaza. Las rodajas de submarinos siguen durmiendo su sueño de vergüenza.
Van
Publicar un comentario