11 de septiembre de 2008
Una cuestión de escala
En relación a los post de Carlos aquí y aquí, no puedo olvidar como en su momento lo despelecharon a Menem con el tema de la Ferrari.
El Chacho y la Meijide se peleaban en todos los medios para ver quién lo criticaba más.
Pero el ex-presidente fue un nene de pecho.
Comparado con los fondos de Santa Cruz, o con la valija de Antonini, o con la financiación de los narcos a la campaña botóxica, la Ferrari de Menem es una insignificancia.
Randazzo y Massa, como siempre, mienten: Antonini no intentó burlar ningún control, al otro día el gobierno lo invitó a la Rosada, y finalmente se fue por la puerta grande como un señorito inglés.
Creo que de todos los personajes involucrados en este triste asunto, don Wilson es lo mejorcito que hay.
Después de todo, él sólo fue el mensajero.
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2 comentarios:
Hay que empujar para que toda esta mugre desaparezca; aunque cueste caro se puede lograr. Los pueblos no se suicidan alegremente.
Un empresario habia comentado con "horror" como en la epoca de Menem solo le pedian una coima sobre el negocio que se iba a hacer y ahora los muchachos se hacen socios y quieren la mosca todos los meses.
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