Pero quizás Zapatero consiga de Lula -el presidente de Brasil- una promesa para ser invitado por alguna puerta trasera a la cumbre de Washington.
Por otro lado, los dos objetivos reales de la cumbre son sencillos de precisar, a saber: es menester ocultar con discursos retóricos la inmensa repercusión que tendrá la crisis económica mundial en todos los países de Hispano-América primero y, en segundo lugar, hay que evitar tratar por todos los medios que la solución de la cuestión social, o mejor, de la pobreza de esos países jamás se resolverá sin pasar por la solución democrática.
La cuestión formal elegida para esta reunión, en verdad, el pretexto que utilizarán los jefes de Estado y de Gobierno para ocultar esos grandes restos, es la Juventud.
He leído sobre este particular algunas declaraciones de los asistentes.
Llamarlas vacías sería lo más suave que se me ocurre decir de la mayoría de ellas. Destacan, sin embargo, algunas por su petulancia y estulticia.
Léase, en primer lugar, la que afirma que 'la juventud es el gran capital de futuro de todo país'.
La obviedad, trufada de demagogia, no puede pertenecer a otro presidente de Gobierno que no sea el español.
...
Mientras que estas naciones no superen su odio a la excelencia, no saldrán de su atraso.
Mientras que estos países no sean capaces de reconocer que los primeros culpables de sus problemas son ellos mismos, nada se conseguirá.
Mientras que Iberoamérica siga culpando de sus males a Colón o a EEUU, nada tendrá solución.
Por desgracia, la base 'política', aunque mejor sería decir antipolítica, de la mayoría de esos países sigue siendo el resentimiento.
El populismo, sí, esa forma de ejercer el poder culpabilizando a otros de su responsabilidad es la tónica dominante de los que se reunirán para hablar de la juventud.
Es el resentimiento, ese odio a la madurez que da la responsabilidad, el factor determinante que han promovido los nuevos dictadores emergentes en los dos últimos lustros.
Hugo Chávez, en efecto, ha triunfado.
Quizá este personaje no asista a esta cumbre, o trate de pasar más desapercibido, pero, por desgracia, su política estará perfectamente representada.
Sus seguidores no sólo han cosechados éxitos clamorosos en Ecuador y Bolivia, sino que también han infeccionado el espíritu de esta cumbre, porque volverán a insistir en que la culpa de sus fracasos proceden de EEUU.
Libertad Digital
Frente a un golpe se puede reaccionar de manera espontánea -por ejemplo- devolviéndolo.
Pero - por el resentimiento- cuando se recibe un golpe la huella mnémica que se produce y que está investida por otras huellas confusas, ajenas y extrañas, en vez de intentar reaccionar espontáneamente al golpe evoca a las huellas mnémicas anteriores, y en consecuencia se responde de acuerdo a como se ha respondido en otro momento.
El resentido reacciona entonces de acuerdo a su memoria -no a lo que está ocurriendo- y esta reacción es re-sentida, no es activa.
Así, el resentido culpabiliza al objeto contingente, y le aparece el espíritu de la venganza.
En el resentido se establece siempre una relación enfermiza entre la memoria y la venganza.
1 comentario:
Es tan ruin Zapatero que no se da cuenta que hay invitaciones que no se mendigan. O se está invitado o no se está invitado, y punto.
Actúa como una loca despechada/o.
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