19 de octubre de 2008

Qué es ser madre?


Y acercóse Abraham y dijo: ¿destruirás también al justo con el impío?
Quizá hay cincuenta justos dentro de la ciudad: ¿destruirás también y no perdonarás al lugar por cincuenta justos que estén dentro de él?
Lejos de ti el hacer tal, que hagas morir al justo con el impío y que sea el justo tratado como el impío; nunca tal hagas. El juez de toda la tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo?
Entonces respondió Jehová: si hallare en Sodoma cincuenta justos dentro de la ciudad, perdonaré a todo este lugar por amor a ellos.
Y Abraham replicó y dijo: he aquí ahora que he comenzado a hablar a mi Señor, aunque soy polvo y ceniza: quizá faltarán de cincuenta justos cinco: ¿destruirás por aquellos cinco toda la ciudad?
Y dijo: no la destruiré, si hallare allí cuarenta y cinco.
Y volvió a hablarle, y dijo: quizá se hallarán allí cuarenta.
Y respondió: no lo haré por amor a los cuarenta.
Y dijo: no se enoje ahora mi Señor, si hablare: quizá se hallarán allí treinta.
Y respondió: no lo haré si hallare allí treinta.
Y dijo: he aquí ahora que he emprendido el hablar a mi Señor: quizá se hallarán allí veinte.
No la destruiré -respondió- por amor a los veinte.
Y volvió a decir: no se enoje ahora mi Señor, si hablare solamente una vez: quizá se hallarán allí diez.
No la destruiré -respondió- por amor a los diez.

Génesis 18:23/32

Mucho había pasado entonces desde los tiempos del niño Adán, que le cargó la culpa a su mujer, y del inmaduro Caín, que no se animó a hacerse cargo de su horrendo crimen.
Levantado desde el polvo y la ceniza, ahora era el Humano el que hablaba con Dios.
Pero mucho debía pasar todavía para que se estableciera como tradición la primera consigna del naufragio: 'las mujeres y los niños primero'.
El reconocimiento, respeto y protección a los más débiles es el núcleo que da sustento y validez universal al pensamiento humano.
Paradójicamente, en los más débiles, en la matriz y en la criatura -en la madre y el niño- están el futuro y la esperanza.

Ser madre -ya sea biológica o de corazón- es siempre dolor, pero sólo sintiendo en carne propia su magnitud inconmensurable las mujeres tomamos conciencia de la verdadera naturaleza del Espíritu de Dios.
Pero en mi mundo -desde lo más profundo- la enseñanza está incompleta, y me permito soñar y re-escribir mis amados y venerados textos:

Y volvió a decir: no se enoje ahora mi Señor, si hablare por última vez: quizá se hallare allí uno.
No la destruiré, respondió, por amor a uno.

Y para mí eso -nada más y nada menos- significa ser madre.

3 comentarios:

Louis Cyphre dijo...

Feliz día para mi vieja!

Klaus Pieslinger dijo...

Lo que re-escribiste, sinceramente, es la mejor parte de todo ese texto: Aún por sólo uno.

Rāḥēl Reznik dijo...

El precio que se paga por re-escribir, todos/todas ambos/ambas dos lo conocemos demasiado bien.