El caso de la Justicia, que considera que cortar las calles es legal, el de los maestros, que consideran que es fundamental cortar una avenida, para que se escuche su reclamo, o el del Gobierno nacional, que estatiza las AFJP sin consultar nada con nadie, son todos aspectos de una misma problemática: un país institucionalmente falible, en donde –precisamente- lo que prevalece, cada vez con mayor nitidez y de modo cada vez más sombrío, es la acción directa, el decretazo. De hecho, un país que se va adecuando a un estilo de vida autoritario.
21 de octubre de 2008
Reflexión sobre el saqueo
De José Eliaschev
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1 comentario:
Nono, falible no, fallado.
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