En Francia se está generalizando la gratuidad del transporte.
La razón es que el importe de los pasajes es una parte ínfima del presupuesto total, financiado por los impuestos de los ciudadanos. ¿Para qué cobrarlo, entonces?
Mi opinión personal es que aunque se trate de una mísera moneda, el usuario tiene que poner dinero para usar cualquier servicio. De ese modo se evitan abusos.
De todos modos Argentina es precursora en medidas de este tipo. En sus grandes ciudades el costo del pasaje se ha reducido a proporciones mínimas. Es el estado el principal aportante del dinero que pone en movimiento trenes, colectivos y subtes.
Hay una pequeña diferencia.
En el caso Francés el pasaje en autobús de un ciudadano de Aubagne lo pagan él y sus vecinos con sus impuestos.
En Argentina el pasaje de un porteño en tren lo paga él, sus vecinos y el resto de los habitantes del país. Y éstos últimos nunca verán pasar uno de esos trenes cerca de sus pueblos.
2 comentarios:
Coincido en que algo hay que cobrar. Una vez que institucionalizas la gratuidad de ese tipo de servicios estas abrochado, ya no hay manera de volver atras.
Claro, si es algo municipal, que le sirve al 90% de los vecinos, ahí más o menos tendría sentido.
No la payasada de Buenos Aires.
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