10 de noviembre de 2008

The Blob


Finalmente y después de la correspondiente demonización -compran dólares, venden bonos, invierten mal, cobran altas comisiones- el acaudalado y rentista matrimonio Kirchner, nos ha salvado de las timberas AFJP al conseguir, del levantamanos de la Cámara de Diputados, la media sanción para reestatizar el sistema previsional y redimirnos a los argentinos de otra de las infecciones que trajo el menemismo de los ´90.
Como natural consecuencia, la 'mancha voraz' de un Estado en expansión, parece devorarlo todo frente a los ojos impávidos de millones de argentinos.
El espíritu de Chávez nos sobrevuela.
El correo, los radares, el agua, Aerolíneas, los trenes, las importaciones, la fijación de precios, los pagos al exterior, el mercado de cambios, la producción de carne, leche, trigo, maíz, petróleo y energía fueron los felices predecesores de la vuelta al estatismo stalinista que nos regala casi a diario la pinguinera gobernante.
La hiperinflación de fines de los ´80 puso de manifiesto la dificultad para continuar dándole a la maquinita de la emisión monetaria para financiar el gasto público y los desaguisados fiscales de todos los que se sientan en el sillón de Rivadavia.
El default de 2001, la pesificación de 2002, la salvaje reestructuración de la deuda de 2005 y el nuevo default desde enero de 2007 por las mentiras que Moreno comete desde el INDEK con la inflación, eliminaron por mucho tiempo la posibilidad de emitir deuda con alto seniority en el mercado internacional de capitales.
Desde entonces, Argentina sólo emite deuda externa trucha al mandamás venezolano Hugo Chávez (quien ya se avivó y no nos compra más papel pintado) y aprieta a entes gubernamentales o amigos en el sistema financiero para que lo refinancien.
Con los Kirchner, la presión impositiva sobre los que están en blanco ha llegado a ser récord histórica de 48% del PBI, similar a Europa y totaliza 34% del PBI si incluimos la economía informal.
Pero como no alcanzaba con exprimir a impuestos al sector privado, había que ir por más.
Así es que desde marzo, ya sin poder emitir moneda, ni colocar deuda en el mercado de capitales, sin la posibilidad de que los organismos internacionales tipo BID y BIRF nos dieran más crédito ni de subir más los impuestos, el gobierno de Cristina Kirchner inauguró la etapa confiscadora.
Ya sabemos que la primera estación recorrida fue un fracaso.
Las retenciones móviles fueron bochadas por el Congreso.
Pero 24 horas después de festejar el día de la madre, la Presidenta nos regaló su tercer vástago.
Un proyecto de ley para robarse los ahorros que millones de argentinos estaban haciendo para su vejez en el sistema de capitalización.
Entonces, el problema central es que, con tal de no bajar el gasto público, aún al borde del default como estamos hoy, nuestros gobiernos son capaces de llegar al extremo del hurto contra aquellos que pagan los impuestos para que ellos existan.
Lo hizo el difunto Erman González con letra del polirubros Domingo Cavallo en diciembre de 1989 con el Plan Bonex que confiscó los depósitos.
Luego, el propio Cavallo puso la cara para el corralito de fines de 2001.
Después, Eduardo Duhalde, aquel presidente que decía que Argentina estaba condenada al éxito, pesificó la deuda pública.
Lavagna en 2005 la transformó en papel pintado.
Guillermo Moreno desde enero de 2007 miente con la inflación para que no crezca.
Y Ahora el gobierno pretende eliminar el sistema de capitalización para rescatarla por ley del Congreso y de esta manera 'protegernos' de la supuesta debacle de las AFJP como administradoras.
Este es el tema de fondo.
En Argentina hay una corporación gigantesca y poderosa (¿mafiosa?) que, escondida tras el gasto público, vive tan inescrupulosa y cómodamente del subsidio, la prebenda, el clientelismo y la protección, que es capaz de cualquier cosa con tal de no bajarlo.
Hoy es récord histórico, 33,3% del PBI.
El Estado nunca ocupó tanto lugar en la economía argentina como con los Kirchner y es por eso que van por los $85.000 millones de activos de los futuros jubilados de capitalización y los $15.000 millones anuales de ingresos al sistema de fondos de pensión.

Espert

El artículo es muy interesante, tiene un gráfico muy ilustrativo, pero al terminar de leerlo te aseguro que vas a sentirte muy triste.

1 comentario:

Canzoneri, Claudio I. dijo...

Quisiera llamar la atención sobre un pequeño detalle:
Si bien es técnicamente cierto que el congreso "bochó" la ley de las retenciones al agro, fue por muy, muy poquito.

Eso es tan inestable como un castillo de naipes, una pequeña maniobra y no se da de nuevo, y estoy seguro de que ellos también lo piensan así.