5 de noviembre de 2008

Del autoritario asesino y otros ensayos

En nombre de la libertad no podemos mitificar a los visionarios que se fueron a matar gente, imponiendo a fuego sus doctrinas ideológicas.
El terrorismo que azotó a Latinoamérica durante los años 60 fue perverso, mató mucho y aún hoy no tiene quien lo condene.
Y además, ni tan solo luchaba por la libertad de nadie, sino para sustituir las dictaduras fascistas por dictaduras marxistas.
A diferencia de los Pinochet, cuyas maldades están expuestas al sol, el totalitarismo del terrorismo de izquierdas aún goza de prestigio.
¿Quién era Ernesto Guevara para irse por esos mundos imponiendo su ideología a través del fuego?
Y... ¿se puede sostener que la ideología que alimentó esos procesos revolucionarios era una ideología libertadora?
Ahí está Cuba para comprobarlo.
De hecho, y no deja de ser chocante, mientras en Latinoamérica no subsiste ni una sola dictadura fascista, aún existe una dictadura de corte comunista.
Que también oprime y mata.
No.
Si nos ponemos serios hablando de la libertad, el mito del Che no se aguanta por ningún lado.
Visionario, violento y dogmático, poco en su biografía reviste grandeza.
Poco, a excepción de lo que significó en nuestra adolescencia.
Lo cual nos recuerda que ya sería hora de hacernos mayores.

Pilar Rahola

Publicado en respuesta a las críticas que recibió por su artículo anterior en el que se atrevió a decir unas cuantas verdades sobre el sórdido asesino.

1 comentario:

Javier Bazán Aguirre dijo...

Crítica a Pinochet, pero no critica a Allende, quien formaba parte de las OLAS.
Para acabar con el mito del 'Che' también hay que acabar con el mito de Allende. Después de todo, Allende le entregó armas a los guerrilleros y luego los ayudó a escapar por Chile.

Pinochet detuvo una Guerra Civil o intento totalitario por parte de Allende.

Sí Rahola criticará Allende, correría el mismo ostracismo que tiene Víctor Farías.