13 de noviembre de 2008

¿El dinero no alcanza?

Un repaso a los sucesos de los últimos días en Gaza permite ver que desde que Tzáhal efectuó un operativo para destruir un túnel que los terroristas estaban construyendo, se reanudaron los disparos hacia Sderot, Ashkelon y otras poblaciones de la zona.
El Ejército tiene la obligación de defender a la población civil y el túnel, que tenía como finalidad facilitar el secuestro de civiles o soldados, debía destruirse al margen de lo que podría venir después.
Lo que se sabía de antemano pasó y los cohetes comenzaron a caer. Lo que sucedió horas después en el gabinete ministerial parece extraído de una comedia cinematográfica.
El ministro de Defensa, Ehud Barak, solicitó que su colega de Finanzas libere 500 millones de shékels para la construcción de refugios en los sitios donde aún no existen.
Lo primero que viene a la mente es que después de ocho años de disparos, que lamentablemente ocasionaron pérdidas de vidas inocentes, todavía el Gobierno no logra ponerse de acuerdo acerca de la necesidad urgente de proporcionar una protección adecuada a la población.
A partir de la solicitud de Barak se suscitó un debate acerca de quienes son los verdaderos responsables de la desconexión de Gaza y de la Guerra del Líbano.
...
En resumen, los ministros aprovechan la amplia cobertura que los medios de prensa dan a la sesión del gabinete ministerial para difundir su plataforma con vistas a las elecciones de febrero pero antes aún para criticar a sus rivales en los comicios.
Mientras tanto, los que sufren por los cohetes continúan esperando que el Gobierno decida, de una vez por todas, que ellos también son ciudadanos, tienen derechos y sus vidas valen lo mismo que quienes residen en Beer Sheva, Tel Aviv o Haifa.
Sin importar el orden de prioridades con el que se reparte el dinero del Presupuesto, debe existir un rubro que lleve por título 'Protección de vidas humanas' y de allí tiene que salir la cifra requerida para impedir que los cohetes de Hamás y otras organizaciones terroristas maten más personas.

Aurora

Más que un problema de dinero creo que lo que falta es una firme decisión política de defender a las víctimas.

2 comentarios:

Canzoneri, Claudio I. dijo...

Raquel, no te enojes, pero olvidémonos un poco del holocausto y del nazismo para no mezclar las cosas. Si nos atenemos al problema actual de Israel, ¿no sería saludable tratar de entender a los árabes, en lo que a territorio se refiere?.
Respecto al problema de invasión cultural, que occidente (o por lo menos yo) no estoy dispuesto a soportar, lo que me llevaría a un interés común con los judios (en ese sentido), estamos de acuerdo. Pero respecto al orígen y razones, ya que los métodos de uno y otro lado han sido, oportunamente, brutales, ¿no estás dispuesta a hacer un mea culpa?.

------------- Lo que sigue, según tus conocimientos, ¿es así?

Sin menospreciar el poso en la conciencia colectiva de la idea mítica y fundacional de Sión, cabe destacar, en el origen del Sionismo, que su origen teórico, aportado a partir de las obras de Hess, Pinsker, Birnbaum y Herzl coincide con el resurgimiento antisemita en Europa. Ello planteó la necesidad de la búsqueda de una patria judía, planificada como una verdadera empresa de colonización, lo cual permitió combinar, con tanto éxito, la dimensión ideológica con la política-económica.

La lenta llegada de colonos a Palestina venía acompañada de un notable apoyo financiero y de infraestructuras que fue creando unas bases seguras pero que desde el principio tuvieron un papel desestabilizador entre los habitantes de la zona.

El "caprichoso" reparto del Próximo Oriente por parte de las potencias coloniales, especialmente Francia y Gran Bretaña (Acuerdos Sykes-Picot) jugaba con dos fuerzas de intereses. A los árabes se les prometió la independencia de los turcos, pero una vez utilizados y teniendo en cuenta el peso del lobby judío entre las potencias aliadas, como predecía Asher Ginzberg, se produce, tras una etapa zigzagueante (Libro Blanco de 1922, 1930 y 1939), un "cambio de estrategia" y aparece la Declaración Balfour a favor del "hogar nacional judío".

Debido al aumento de la acción de las Agencias Judías y dotados de un alto nivel de organización y especialización, la emigración judía se aceleró en los años veinte y treinta, esta vez al calor de las persecuciones nazis en Europa. Sin embargo, el impacto sobre la población árabe fue cada vez más evidente, arreciando los enfrentamientos en los que comenzó a tener un papel importante el Partido Arabe Nacional del Mufti de Jerusalén, que llegó incluso a tener relaciones con los nazis alemanes.

Frente a la creciente organización árabe que estalla en revuelta en 1939, y ante la negativa de los británicos de constituir el estado judío de manera inmediata (el periplo del Exodus), las organizaciones armadas judías, el Irgun, el Stern, la Haganah, presionaron mediante atentados terroristas (Hotel Rey David) a unos y otros, apoyándose en una opinión internacional favorable hacia los judíos que se iba asentando en el mundo tras el Holocausto.

El proceso de enfrentamiento entre árabes y judíos se aceleró tras la votación del Plan de Partición en 1947 en la ONU, preparado por las presiones norteamericanas que impulsaba el presidente Truman, hasta la Declaración de Independencia proclamada por Ben Gurión. La guerra que se generalizó a partir de ese momento, tuvo varias treguas, y puso en liza a los países árabes de la zona, con una clara intención hegemonista por parte del rey Abdullah de Jordania, con unas fuerzas militares israelíes, ya entrenadas por anos de guerrillas y con dinero y armas modernas.

El final de la guerra en 1949, y después de firmarla por separado (dato elocuente sobre la falta de unidad árabe para salir del conflicto), supuso unas conquistas territoriales para los judíos que ni a unos ni a otros satisfacía. El conflicto quedaba pues, abierto.

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Un (sinceramente) cordial saludo.

Rāḥēl Reznik dijo...

Claudio: por supuesto que ésto no tiene absolutamente nada que ver con el nazismo.
Se trata de una crítica a la dirigencia política de Israel que no es capaz de construir refugios y que se aprovecha del tema para su pelea interna en el ámbito de una contienda electoral.
Si hubo montañas de dinero para que el Primer Ministro tuviera un refugio antinuclear -que me parece bien que lo tenga- no entiendo por qué los escatiman cuando hablamos de refugios para los ciudadanos para protegerse de los cohetes como los que tira Hamás.
En cuanto al resumen histórico creo que sí, que a grandes rasgos es así.
Pero es muy difícil sentarse a hablar con gente que te está tirando cohetes o haciéndote permanentes atentados terroristas, o con gente que no te ofrece interlocutores válidos que autocontengan a sus grupos más radicalizados.
Toda propuesta de negociación es tomada como un signo de debilidad, y sirve de base para nuevas exigencias, mientras anuncian públicamente que su deseo final es hacer desaparecer a Israel.
Yo no soy política así que muchas cosas no las entiendo, pero conducir un país democrático con ese fragelo permanente, teniendo a su vez adentro mismo muchos halcones, es muy pero muy difícil.
Ni Jordania ni Siria quieren la creación de un estado en lo que ellos llaman Cisj y Gaza, y financian a los terroristas de Hamás y el Hezbolá.
Evidentemente no les conviene la paz.
Es una obviedad, pero posiblemente haya muchos errores de este lado también.
Sólo se trata de sobrevivir, ese es el punto.
Saludos!