11 de noviembre de 2008

Justicia criminal

Un hombre condenado a 10 años de prisión por abusar sexualmente de sus propios hijos fue beneficiado con la prisión domiciliaria monitoreada, aunque la querella denunció que el sujeto se aloja a sólo seis cuadras del colegio al que concurren las víctimas.

MinutoUno

Los autores de delitos sexuales aberrantes son en su inmensa mayoría reincidentes e incorregibles, y eso lo sabe todo el mundo.
Pero algo no me cierra entonces.
Porque si dependiera de mí -el tipo tiene condena por un fallo de la Cámara del Crimen- yo le aplico sin titubear la pena de muerte.
Sin embargo por orden judicial está en la casa, a seis cuadras de la escuela de los chicos, seguramente planeando el próximo ataque.
Y eso significa -no jodamos- que quieren que lo vuelva a hacer.
Insisto: no me cierra.

1 comentario:

Canzoneri, Claudio I. dijo...

Mi opinión respecto de la pena de muerte, cuando tengo la sangre fría, es que no es algo "bueno".

Pienso como me sentiría y veo que no me satisface en este tipo de crímen donde, si bien hubo abuso y es una agresión, no degeneró en más violencia o muerte. Para decirlo claro: no las golpeó ni asesinó.

Como padre: lo asesinaría, pero como juez lo encerraría de por vida, incluso haría un "cementerio carcelario" para enterrar allí a quienes les sentencien con "perpetua", no la perpetua que tenemos ahora. O sea, el que tiene cadena perpetua no sale más, ni siquiera muerto.

Lo importante es que pase el resto de su vida meditando por qué está en esa situación.

...cri...cri...cri...

Por ahí los que piden la pena de muerte son más clementes que yo.


Un saludo a todos.