Estamos viendo un nuevo escenario político en Argentina.
El de los nuevos disidentes.
Los nuevos ex K.
Los nuevos anti K.
Los que durante más de cinco años estuvieron alimentando el monstruo hoy se espantan de su creación.
Tenemos que reconocer que gente como Eduardo "Negro" Duhalde, tal vez el mayor Frankenstein de todos, se dio cuenta mucho antes.
Algunos no habrán participado activamente en la creación del monstruo, pero sin dudas que acompañaron el proceso.
Hoy, recién hoy, los Felipes se dan cuenta que no es posible el disenso dentro del kakismo.
Les costó madurar la decisión, desde aquella jornada épica contra la 125 en la que el afilado alfil sanguinario Kunkel los puteó en el mismo recinto de la cámara de diputados y por cadena nacional.
Hoy ya es tarde.
No para deshacernos de los K, lo que ocurrirá sin ninguna duda en las próximas elecciones sino antes.
Es tarde para evitar el gran daño, el enorme daño que el gobierno de Néstor Kirchner y el de Cristina Kirchner le han hecho y le seguirán haciendo al país mientras continúen en el poder.
Este país tiene grandes posibilidades de ser un lugar próspero.
Lamentablemente nos empecinamos en tomar siempre las peores decisiones posibles.
No malas decisiones.
Las peores del muestrario.
Recordemos bien a los nuevos disidentes anti K.
Para que el fin del kirchnerismo sea también su propio fin.
2 comentarios:
Creo que sería una buena contribución a la tan mentada memoria, preparar listados de los colaboracionistas y los que le vendieron el alma a la miasma K por un plato de lentejas.
Excelente comentario. Hacés bien en recordar que "Frankestein" no es la criatura monstruosa sino el médico que lo creó; el Dr Frankestein. Ése es el mayor responsable.
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