Ya se comentó
aquí la impuntualidad
reiterada de la
consorte, sin embargo todavía no hemos podido encontrar una sola vez que nuestra perversa presidenta haya pedido perdón.
Sólo una montaña de
justificaciones que confirman la materia prima de la que está compuesta.
2 comentarios:
El texto de este post fue editado previamente a su publicación y fueron cambiados algunos términos de la versión original.
Los argentinos no pedimos disculpas. Como mucho, damos excusas.
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