Aunque es el mayor asentamiento de la periferia de la capital argentina, montañas de residuos hacen las veces de empalizada, queda prácticamente invisible para los automovilistas que circulan por el Camino Negro, transitada autovía que conecta la ciudad con el sur de su cinturón urbano.
'La idea es resistir pase lo que pase. De acá no nos vamos', dice Mario, uno de los tantos vecinos de barrios aledaños a los que se les hizo imposible pagar la renta de una vivienda y ese lugar se convirtió prácticamente en la única opción para 'no tener que dormir en la calle' junto a su familia.
En la zona, a la que la gente llama '17 de noviembre', ya que fue tomado ese día del mes pasado, viven unas 7.500 personas, según un censo del gobierno de la provincia de Buenos Aires, aunque los propios pobladores admiten que el número crece a diario.
El Mundo
La fábrica de pobres -el peronismo- funciona de maravillas, y parece que la crisis mundial no la afectó porque tiene récord de producción.
¡Espléndido!
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