La afirmación básica, sustentada por varios datos elocuentes, era muy clara: la experiencia social y política más exitosa del siglo XX ha sido el nacimiento y posterior desarrollo del Estado de Israel, acontecimiento ocurrido en medio de las mayores vicisitudes concebibles.
Se hablaba de los 'tigres de Asia' -Hong-Kong, Corea del Sur, Taiwan y Singapur- y hasta del 'tigre celta' -Irlanda- pero nadie mencionaba el sorprendente caso de Israel.
Un amigo latinoamericano que había leído la columna en El País de Montevideo, admirador, como yo, de la experiencia israelí, me llamó para felicitarme, pero también para hacerme una pregunta no exenta de cierta melancólica humildad: '¿Hay alguna lección que podamos aprender de Israel?'
Carlos Alberto Montaner, en DesdeIsrael
Creo que vale la pena tomarse unos minutos y leerlo atentamente.
La frase: 'en Israel, como en todas las naciones exitosas, hay sanción moral para los transgresores de las normas, actitud que no siempre está presente en grandes zonas de los pueblos latinoamericanos, donde el comportamiento corrupto o ilegal de los dirigentes no los invalida ante los ojos de muchísimas personas dispuestas a tolerar esas violaciones de las normas si ellas también pueden beneficiarse', pone el dedo -y sin anestesia- en la enorme llaga de estas tierras de promisión.
5 comentarios:
Carlos C: como parece que te da fiaca leer el artículo de Montaner al que puse el link, te transcribo dos puntos del mismo, que demuestran directamente lo contrario a tus razones:
'La población, por otra parte, es muy heterogénea. La etnia judía, que es la mayoritaria, y la que le da sentido y forma al país, aunque el 67% ya ha nacido en Israel, está formada por una compleja suma de personas cuyos orígenes culturales proceden de al menos una docena de países y culturas diferentes, lo que desmiente cualquier visión simplista o cualquier estereotipo que intente definir al judío racial o culturalmente. Si hay algo que caracteriza a los judíos israelíes es su inabarcable diversidad, enriquecida en los últimos años por el arribo en aluvión de un millón de rusos que escaparon de la debacle soviética'.
'En el terreno religioso sucede exactamente lo mismo. Prevalece la pluralidad: entre los judíos existe un abanico que va desde la minoría de los ultra ortodoxos que siguen al pie de la letra las Escrituras, a un alto porcentaje de personas que no suscriben ningún tipo de creencia religiosa, a lo que se añade un 16% de la población compuesto por árabes israelíes que profesan la religión islámica, casi un 2% que son árabes cristianos, y una similar cantidad de drusos y otros feligreses de religiones escasamente representativas'.
Insisto: leé el artículo!
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