Varas torcidas?

La excarcelación de una decena de ex militares responde a una culpa compartida: la perezosa lentitud de la Justicia y, fundamentalmente, la improvisación con la que el Poder Ejecutivo y los bloques justicialistas del Congreso encararon la organización de los juicios.
En el país se sustancian 800 causas contra cientos de represores o con miles de testigos.
Era previsible que algo iba a ocurrir.
Para evitar este desenlace, el Congreso debió haber aprobado un conjunto de reglas procesales nuevas, que permitiesen acumular causas, abreviar los plazos, simplificar los recursos y adoptar otras medidas.
El proyecto fue diseñado por los ex camaristas federales Ricardo Gil Lavedra y Andrés D´Alessio y fue presentado por la bancada radical en 2006.
Pero el bloque justicialista se opuso a tratarlo.
La mezquindad política ganó la partida.

La Nación

Para enjuiciar a estas personas tuvieron que llegar hasta el despropósito y la aberración inédita e injustificable de 'anular' leyes, contando con el voto entusiasta de la Carrió (Constitucionalista, Profesora universitaria, ex-jueza, etc) que no vaciló tampoco en apoyar al terrorista Bonasso cuando hubo que impedir que Patti asumiera la diputación.
La idea de Ventura se queda corta: 'las reglas procesales nuevas' deberían regir con un ilegal y anticonstitucional efecto retroactivo.
¿Cuánto tiempo podés tener a alguien preso con 'preventiva'?
Es más... ¿Es lícita la prisión preventiva si existe el principio de inocencia?
Los tendenciosamente llamados 'ex-represores' posiblemente violaron los 'derechos humanos', pero en todo caso tanto como los terroristas delincuentes erpianos y montoneros que mataron y torturaron a mansalva.
Nuestro sistema judicial tiene fallas estructurales, algunas muy graves.
Por ejemplo, me gustaría que alguien me explique por qué el 'hurto de ganado mayor' no es excarcelable.
Lo cierto es que todo esto es consecuencia de la enfermante decisión de Kirchner de 'reabrir' los juicios.
Para completar, tendrían que haber hecho como el asesino Castro: crear una 'Justicia Revolucionaria' y salir a fusilar gente.
El 'asesino de la cabaña' fue un experto en esas lides.
Posiblemente la mayoría de los que participaron en la lucha antisubversiva estén hoy arrepentidos, habida cuenta la forma en que el país se los agradeció.
Pero no creo que ningún delincuente asesino erpiano o montonero se arrepienta de nada: son todos millonarios y además están en el gobierno.

El negocio, en estas sufridas tierras de promisión, es ser terrorista.