Israel lucha en esta operación militar contra una banda de psicópatas financiada por Irán y no contra la autodeterminación del pueblo palestino; Hamas lo hace contra la mera esencia del Estado de Israel como estado judío.
Como muestra de esto, bastará leer la carta orgánica del grupo terrorista.
Para Hamás este es un conflicto de naturaleza religiosa.
Para Israel este es un conflicto de naturaleza política.
¿Por dónde se desata este nudo gordiano?
Este conflicto no se resolverá con la apertura de los pasos fronterizos por parte de Israel ni tampoco deteniendo los misiles del Hamás.
El nudo gordiano del conflicto israelí-palestino sólo se desatará cuando la dirigencia palestina en su totalidad reconozca al Estado de Israel como la expresión de autodeterminación del pueblo judío.
De lo contrario, el nudo será cortado nuevamente por la espada.
Ciertos medios e intelectuales occidentales analizan este conflicto con una parcialidad y superficialidad lastimosas.
No advierten aun que el integrismo islámico se asemeja a un tsunami.
Israel –como siempre en estos casos- es quien está parado a la orilla del mar.
Y aquel que mira desde la distancia supone que la ola jamás lo alcanzará.
Se equivoca; la ola irá también por él.
La historia juzgará a dichos medios y a dichos intelectuales como los idiotas útiles del fundamentalismo islámico.
No comprenden que Israel renunció hace ya muchos años a la franja de Gaza.
El problema de este conflicto es que el fundamentalismo palestino no ha renunciado aún a Tel Aviv.
En cinco meses, el Estado de Israel celebrará el sexagésimo primer aniversario de su creación.
Que no queden dudas; lo hará también en el 2010 y en el 2048.
La idea de 'dos estados para dos pueblos' maduró hace ya varios años en Israel.
Sólo estamos esperando que madure del lado palestino.
Finalmente son ellos los que necesitan un estado.
De lo contrario, seguirán conmemorando año tras año el aniversario de otro fracaso.
Rabino Gustavo Surazski, vía RadioJai
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