El mundo al revés

Quiero seguir el hilo del post de Carlos, ahora que está de moda juzgar a Israel -uno de los pocos países democráticos que se defiende del terrorismo- y endiosar a los asesinos de Hamás como si fueran víctimas inocentes.
Para eso es necesario distorsionar la historia, mentir y difamar.
Un ejemplo perfecto de lo que quiero decir fue Sabra y Shatilla.
La OLP mediante un atentado terrorista asesinó al presidente libanés Bashir Gemayel.
El 16 de setiembre de 1982, las falanges cristianas libanesas seguidoras de Gemayel -árabes- entraron en los campos de refugiados de Sabra y Shatilla y llevaron a cabo una matanza.
La Cruz Roja informó que masacraron a 328 palestinos varones, 15 mujeres, 20 niños, 21 iraníes, 7 sirios, 3 pakistaníes y 2 argelinos.
El ataque fue realizado única y exclusivamente por las vengativas falanges libanesas sin participación alguna de las tropas israelíes, ni de sus mandos.
Por supuesto, el degenerado de Arafat culpó a Israel y a Sharon de los sucesos, poniendo al pueblo palestino en posición de víctima del sionismo.
También el hecho fue aprovechado -vilmente- por los laboristas israelíes para intentar desplazar a la derecha del poder.
Pero la acción propagandística -basada en la mentira- tuvo éxito.
No existió jamás la menor prueba que Israel haya ordenado, perpetrado o consentido las acciones de las falanges cristianas libanesas en Sabra y Shatila.
Lo cierto es que en mayo de 1985, milicianos musulmanes atacaron nuevamente el campo de refugiados de Shatilla -de acuerdo con datos oficiales de las Naciones Unidas- y asesinaron a seiscientos treinta y cinco personas y dejaron heridas a unas dos mil quinientas.
Y en octubre de 1990 las tropas sirias mataron en ocho horas a setecientos cristianos más.
Bueno, menciono solamente algunos sucesos, para no abundar, porque la historia completa es muy extensa, y tendría que comenzar cuando en setiempre de 1970 la OLP intentó derrocar al regimen hachemita de Jordania, y el rey Hussein mandó a matar a miles y miles de palestinos y expulsó de su territorio a Arafat y a sus secuaces.
El 'relato' de Sabra y Shatilla responsabilizando a Israel de hechos aberrantes está incorporado como algo cierto y fuera de discusión en el imaginario colectivo bienpensante políticamente correcto, en base a mentiras e inexactitudes groseras.
Es absolutamente inútil presentar pruebas, documentos o testimonios: las mentes están cerradas y a lo único que se dedican los buenistas es a seguir culpando a Israel por algo que nunca hizo, y a aumentar de tanto en tanto el número de víctimas.
La comisión Kahan que investigó fue taxativa en sus conclusiones, y probó que Israel no había participado.
Entonces se dijo que igual era culpable porque no lo había evitado.
Pero si lo hubiera evitado igual iba a ser culpable por no haberlo evitado lo suficiente.
En fin, Israel siempre culpable y listo...
Lo más curioso y fantástico que leí por ahí es que el dictamen de la comisión Kahan tuvo un apéndice, al que llaman 'B', de carácter secreto, que contradice las conclusiones publicadas.
En fin, un absurdo más, y van...
Yo creo que el 'terrorismo de estado' debe ser penalizado severamente.
Pero también creo que que los terroristas que atacan cobardemente escudándose en la población civil no tienen derecho a reclamo alguno cuando son reprimidos o eliminados.
Porque el juego que proponen es doblemente perverso: matar a quien quieren, cuando quieren y como quieren, pero siempre con impunidad.

Argentina tiene un triste registro de impunidades: los 21.655 atentados y los 1.501 asesinatos cometidos por la izquierda en los 70, en acciones terroristas con algunos matices políticos.

Para no hablar de los atentados a AMIA y la Embajada, que fueron terrorismo en estado de máxima pureza.