7 de enero de 2009

Parecidos




En la película Charlie y la fábrica de chocolate hay unos personajillos que se llaman Oompa Loompa que son todos iguales entre sí y que se parecen mucho al ex bañero y ex presidente Eduardo Duhalde.

El parecido no sólo es físico.

Los Oompa Loompa en la película son unos seres muy simpáticos pero que someten a los visitantes de la fábrica de chocolate a unas graciosas trampas en las que algunos de éstos caen por ser muy engreidos y codiciosos. A continuación salen a salvar a las inocentes víctimas de los meollos en los que se metieron acompañando su acción de una cancioncita alusiva al error cometido con una lección como moraleja.

Al igual que estos personajes de la película, Eduardo Duhalde, ha hecho de las suyas en los últimos años de la Argentina y ahora se dedica a hacerse el opositor al régimen que germinó bajo su mando.

3 comentarios:

Klaus Pieslinger dijo...

Coincidentemente, mi buen amigo Cesar Eiman cuando me recomendó esta peli, que yo hasta hace un año no había visto, me explicaba y se refería a estos pequeños ayudantes como "los Duhaldes" :)

General Cangallo dijo...

A mí Duhalde me produce una sensación dual.

Por un lado desprecio (por antiguo, por absurdo, por demostradamente fracasado) el "modelo" económico que introdujo en el país, y que los Kirchner continuaron. Y también desprecio, por supuesto, su peronismo sin matices, cultor del clientelismo y la demagogia más alementales.

Sin embargo, no puedo dejar de advertir que, al lado del matrimonio delincuente, él es todo un ejemplo de moderación y mesura. De hecho Duhalde ha sido el primer 'sorprendido' (y perjudicado) por la traición de los Kirchner, lo cual, si bien no lo perdona por habernos dejado semejante regalito, al menos le quita parte de la culpa: Es obvio que el quiso dejar a un peronista en el poder, y en lugar de eso, dejó a un delincuente con delirios de progre.

En otras palabras: Aún con sus graves miserias (muchas) y aún con los graves errores que cometió como gobernador de la provincia de Buenos Aires (también muchos), creo que ni siquiera Duhalde se merecía un desastre tan enorme como el kirchnerismo.

Quizás mi sensación obedezca a que, al lado de los Kirchner, hasta Drácula parece un niño bueno.

Anónimo dijo...

Cangallo, por lo mismo que usted dice lo odio profundamente a Duhalde. Porque muestra, igualmente que infinidad de políticos argentinos, que sabe perfectamente lo que está bien y que está mal, y que es capasz de mostrarse como un santo y en gran profundidad si es necesario. Y cuando agarra la manija se lo pasa todo por el culo. El más hijo de puta no es el que nació dentrod e un esquema de hijoputez y es lo que conoce, el más hijo de puta es el que sabe perfectamente lo que está bien y lo que está mal y usa ese conocimiento para dormirte y despues empomarte.