Para la cultura hebrea, en el ser humano no existe una parte espiritual o alma, ni otra material o cuerpo.
El ser humano es uno solo, y al hablar de la carne, del cuerpo o del corazón sólo nos referimos a algunos aspectos de esa totalidad.
El humano es carne y sangre en tanto es una criatura mortal.
También es alma, porque es un ser viviente.
El alma significa aliento, y el aliento no es otra cosa que la vida.
El espíritu representa la apertura del humano a D-os.
El corazón es lo interior, pero no solamente los sentimientos sino también la mente y la conciencia.
Por eso, cuando digo `mi alma´ hablo de mi persona, de mi vida... de yo.
Bueno, el alma humana recibe algo del Espíritu, ese es el soplo de D-os.
Por eso cuando hablamos del espíritu nos referimos a esa mágica unión entre el espíritu del humano y el Espíritu de D-os.
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Teniendo en cuenta lo anterior, es fácil captar la belleza salvaje de estos versos:
No te llamarán más `Abandonada´, ni a tu tierra `Desolada´, sino que te llamarán `Me gustas´ y a tu tierra `Desposada´.
Como un joven se casa con una muchacha virgen, así el que te formó se casará contigo, y como el esposo goza con su esposa, así harás las delicias de tu D-os.
Is: 62:4
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Bueno, nuestras vacaciones -lamentablemente- llegaron a su fin.
A las 17:00 emprendemos el retorno, que estimamos durará un par de días, porque haremos una escala en Asunción.
Yo
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