23 de febrero de 2009

Errores y horrores

Leo en un título del día 13: 'Desaconsejan no penalizar las drogas'.
¿Por qué tantas negaciones?
Más claro para el lector y económico de palabras es 'Aconsejan penalizar las drogas' o, en todo caso, 'Aconsejan no despenalizar las drogas'.
En este caso, el problema no es el exceso de negaciones, sino si realmente se dijo lo que se debía decir.
Aclaremos, en primer lugar, que aquí 'las drogas' significa 'la tenencia de drogas para consumo personal', algo que, por supuesto, no cabía en el título.
Pero si se habla de 'no penalizar' la tenencia y de que hay un consejo en contrario, se supone que actualmente la tenencia no está penalizada y que se debate la posibilidad de penalizarla, y que algunos aconsejan dejar todo como está y no penalizarla y, ante eso, otros lo desaconsejan porque piensan que debe ser penalizada.
Es verdad que, de acuerdo con el texto, alguien piensa que la tenencia debe estar penalizada, pero no porque ahora no lo esté, ya que ahora lo está. El que piensa así piensa que debe seguir penalizada, que no hay que despenalizarla, no que hay que penalizarla.
El debate no es si penalizar o no lo que no está penalizado, sino si despenalizar o no lo que está penalizado. Entonces, no se trata de que desaconsejen no penalizarla, sino de que aconsejan no despenalizarla.
Parece lo mismo, pero no lo es. El título que se puso está mal, pero tampoco debió haber sido 'Aconsejan penalizar las drogas', porque no tiene sentido aconsejar que se haga lo que ya está hecho.
El título debió haber sido 'Aconsejan no despenalizar las drogas'.
...
'En la edición del sábado 14, en la página 4, se publicó la noticia de un papá británico de 13 años de edad que, según lo expresado, 'concibió a su hija cuando tenía sólo 12'.
Tengo entendido que conciben las mujeres y que los hombres engendran.
Me llama la atención que al corrector del diario se le haya escapado tal error, escribe el farmacéutico y bioquímico Francisco Markez.
No solo se le escapó al corrector: antes se les había escapado al redactor y al editor.
Pero quizás hayan pensado que, como el caso era tan raro (el niño parecía mucho más chico y la madre niña era mayor), era posible que se hubieran invertido los papeles.

Lucila Castro

Bueno, en relación a lo que dijo Carlos, estos horrores parecen sutilezas.
En teoría -al menos- la escuela existe para solucionar estas cosas.
Pero como el pensamiento se estructura con el lenguaje, tal vez en estos severos defectos gramaticales encontramos una pista que puede explicar el desastre.

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