27 de febrero de 2009

Huelgas


Hace por lo menos veinte años que los paros de docentes en Argentina, especialmente en Buenos Aires, son algo habitual.

Ya ha pasado mucho tiempo desde que se empezó a hacer visible la degradación del puesto de docente y lo poco que se les paga en comparación con otras actividades.

Entonces: ¿por qué sigue habiendo gente que se mete en esta profesión?

Un docente de 20 o 30 años de edad, ¿tiene derecho a a protestar? Cuando eligió esta carrera debería haberse informado de las perspectivas de futuro que tenía.

Si esta gente no buscara instalarse en este tipo de puestos llegaría el momento en que el Estado argentino empezaría a notar que escasean los profesores y maestros. Ahí sí tendrá que ponerse a ofrecerles más dinero y valorar más al gremio.

Sí... ya sé que plantear que el trabajo y el sueldo en el ámbito de la educación pública se maneje según criterios de oferta y demanda es mucho pedir en la Argentina de hoy...

6 comentarios:

marisa lopez dijo...

de acuerdo con vos. Pero la ley de oferta y demanda aca en Argentina es inexistente......funcionamos al revès que en el resto del mundo.
Al margen, el nivel d elos maestros de escuelas publicas es horroroso, con lo cual no veo què pretenden. Tengo experiencias directas en publicos y en privados y es como comparar la Tierra con Andromeda.....

AELL dijo...

Es claro que un pueblo inculto es facil de dominar y de utilizar por los inexcrupulosos de siempre. Todos los años igual. Es una vergüenza nacional, un mal endémico que destruye las posibilidades de generaciones y generaciones de argentinos. Sigo el tema en mi blog a quin interese: http://blpz.blogspot.com/2009/02/ensenando-fracasar.html

Martín Benegas dijo...

Mientras siga existiendo la famosa educación "gratuita" y estatal que no es otra cosa que adoctrinamiento estatista, la cosa no tiene solución, los maestros son parte del problema.
A llorar a la iglesia, su situacion es el fiel producto de la mierda que le meten en la cabeza a los niños desde hace décadas.

Anónimo dijo...

Además de lo dicho, está el triste hecho de que todo aquel que no sirve para nada decide estudiar algún profesorado, sea inicial o secundario.

Así tenemos alumnos que no sirven para nada que se transforman en docentes que no sirven para nada y siguen formando alumnos que no sirven para nada, y se creen que viviendo como empleados públicos sin servir para nada al menos van a asegurarse un sueldo, que de todos modos pretenden parezca el de un CEO.

Como dijo José Benegas en el post de hoy: el mundo se ha vuelto pelotudo.

Mariano Iraola dijo...

Si hubiera vouchers, sería otra la historia.
Los "trabajadores de la educación" que hicieran paro, se terminarían quedando sin trabajo, dado que los padres enviarían a sus hijos a otros colegios donde haya maestros que trabajen.
Saludos.

Klaus Pieslinger dijo...

@Mariano, de ahí el afán (...afano?) por imponer la igualdad donde no la hay. Los vouchers (los individuos en libre elección) serían reveladores.