El director de cine Luc Besson arremete en Clarín contra la descarga gratuita de películas por internet alegando que se trata de un delito.
Menos mal que luego aclara que sus conocimientos de derecho son limitados. Entonces ¿con qué fundamento transforma en ilegal a esa actividad si no sabe nada de leyes?
Este es un preciso ejemplo de la fuerza que tiene el llamado Mundo de la Cultura en los medios de comunicación.
Me pregunto si para criticar la abundancia de puestos ambulantes ilegales en las calles de la Ciudad de Buenos Aires llamarán a opinar al propietario de un comercio legal de ropa o comida. Ahí sí, eso no se vería como algo políticamente correcto. Mejor cederle el espacio a un político para hablar de las políticas sociales, la desocupación y el perverso efecto del neoliberalismo de los años 90 en la Argentina.
1 comentario:
Pero Jorge! Se trata de la cultura! Los comerciantes son como los ruralistas, unos avaros egoistas sin conciencia social!
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