Bueno, aprovechando que nadie está de visita en el blog, y pensando en los límites que señaló BlogBis, comentaré un poquito -en la forma divertida tal como se lo enseño a los niños- los simpáticos y más que fantásticos sucesos del Mar Rojo, -Keriat Iam Suf- la 'Partición del Iam Suf'.
Am Israel estuvo todo ese tiempo perfectamente protegido de los peligros, las inclemencias, de las serpientes y hasta de los escorpiones.
Incluso, cuando se hizo de noche, una columna de fuego nos iluminaba el camino.
Después apareció una nube, y su mitad era oscura, y la otra resplandeciente.
Y esa nube se puso detrás de Am Israel, con el lado escuro mirando hacia los egipcios.
Ellos nos dispararon muchas flechas, pero la nube las neutralizó.
El mar entonces se dividió en doce caminos, pero las paredes eran transparentes, y todas las tribus podían verse entre sí.
En el fondo del Iam Suf había precipicios y hondonadas, pero el agua se congeló, creándose una superficie pareja.
Pudimos beber toda el agua que quisimos hasta que los muros también se solidificaron.
Esas paredes de agua eran como torres, y aunque eran del mar salado, el agua que bebíamos de ellas era absolutamente dulce.
Los rebaños de Am Israel se alimentaron de vegetación del fondo del mar, que creció rápidamente entre hermosas y mágicas piedras de mosaico.
Bueno, los niños comenzaron a llorar, y para que se calmaran de las paredes surgieron frutas deliciosas y resplandecientes, para reconfortarlos y mantenerlos animados.
Muchas mujeres estaban embarazadas, pero a pesar del terror y de la natural confusión, ninguna abortó.
Pero no fue fácil, porque el Angel del Mar quería ahogar a los Benei Israel, ya que pensaba que no merecía la salvación, y además se resistía a cambiar sus fronteras, que habían sido establecidas en la Creación.
Entonces la Shekina de Hashem apareció sobre el mar haciéndole sentir su inconmensurable poder, y él no tuvo más remedio que obedecer, y finalmente se partió.
El estruendo del mar partiéndose se escuchó en todo el mundo.
Porque... ¡No sólo el Iam Suf se partió, también lo hicieron las aguas de todos los mares, los ríos, los lagos y los manantiales de todas las comarcas de la Tierra, e incluso el agua de todos los recipientes!
Las aguas del mundo recuperaron su estado natural poco tiempo después que el agua del Iam Suf volviera a su curso normal...
Bueno, a los chicos les encanta la historia, se asombran, hacen dibujitos alusivos, cantamos entre todas, nos reímos mucho, y contado que fue... ¡A jugar!
¿Tiene algún sentido que además les compliquemos la vida con los Jaiot haKodesh, Ofanim, Erelim, Jashmalim, Serafim, Malajim, Elohim, Benei Elohim, Jeruvim e Ishim?
Para cerrar muchos relatos parece que fue necesario incorporar emisarios, representantes, entidades, etc, y después aparecieron manías clasificatorias, de apariencia, orden jerárquico y poderes.
Para mí la relación de todo ésto con la fe es muy relativa y su significado es solamente simbólico y no hace de ninguna manera a lo realmente importante.
Porque la religión es una amalgama de principios de realización tangible y palpable, y no una colección de relatos curiosos o fantásticos.
Siempre pongo como ejemplo cuando evocamos a Iaacob cuando salió de Beer Sheva, y se dirigió a Jarán.
Beer Sheva, el corazón meridional de la tierra de promisión, la ciudad de Abraham y de Itsjak, sus padres.
Pasando el Jordán, Jarán, una antigua ciudad que supo ser escala de su abuelo Abraham en sus caminos hacia Canáan.
Pero -para él- un lugar absolutamente desconocido.
Salir de un lugar para arribar a otro es lo que hacemos todos los días de nuestras vidas.
Y en todos los viajes -cuando son largos- hacemos escalas, y en ellas descansamos, dormimos, y muchas veces soñamos con ángeles o personajes misteriosos, que nos asombran con sus dichos o sus acciones.
Iaacob -no podía ser de otra manera- soñó con ángeles que subían y bajaban de una escalera que unía el cielo y la tierra...
¿Son importantes los pormenores de ese sueño?
No, no lo son.
Importantes son los hechos, el movimiento, la acción, la decisión instantánea sin titubeos ni anuncios alambicados pero fuertemente impulsada por el corazón, el respeto y el sentido de las cosas.
Y que nos comuniquemos con Di-s sin intermediarios por medio de la plegaria, que es cuando ponemos las cosas en su lugar.
Porque cuando rezamos hay sólo dos cosas en el universo, Di-s y nosotros, nuestro ser interior.
El problema es que hay dos entidades cuando éstas deberían estar unidas como una sola.
Y nuestra plegaria -Tefilá- remedia ese problema, y nos devuelve la unidad, una y otra vez.
Bueno, yo voy de aquí para allá, y participo de muchas actividades -recreativas, culturales y religiosas- pero he conseguido sentir todo el tiempo esa unidad en un nivel de intensidad discreto pero constante.
Y confieso que no conozco a ningún ángel.
Y ahora... ¡A jugar!
1 comentario:
Importantes son los hechos, el movimiento, la acción, la decisión instantánea sin titubeos ni anuncios alambicados pero fuertemente impulsada por el corazón, el respeto y el sentido de las cosas.
Tu concepto me ha ayudado a comprender situaciones que no supe resolver a tiempo, por dar al valor de la palabra por sí sola una importancia excesiva y así perder foco en lo importante.
Gracias por compartirlo de forma tan clara!
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