La coalición de Gobierno que resulte conformada por quién sea electo primer ministro deberá enfrentar de inmediato problemáticas muy serias: la amenaza de Irán, la disuasión de Hamás en el sur y Hizbollah en el norte, las negociaciones con la Autoridad Palestina, la actitud hacia Siria, la recesión económica, entre otras cuestiones candentes.
Es por ello que al colocar el ciudadano su voto en la urna no debe tener en cuenta sólo la elección de un determinado candidato a primer ministro ya que su voto determinará en gran medida el perfil de la coalición de Gobierno que surgirá a resultas de las elecciones.
El desafío electoral no es solamente elegir entre Livni, Netaniahu o Barak sino elegir entre las fuerzas políticas que lo acompañarán -y acotarán- en su gestión de gobierno.
De ello dependerá la manera en que Israel se confrontará con los graves desafíos que le esperan, muchos de los cuales, no hay que olvidar, son cuestiones 'de vida o muerte'.
Mario Ablin
Un artículo más que interesante, y sugiero su lectura completa.
Por encima de la singularidad, y de la problemática específica, el título 'Israel elige Gobierno, no gobernantes' sintetiza un concepto muy elevado de lo que es la democracia, que -lamentablemente- aún es inimaginable en las lejanas y sufridas tierras de promisión.
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