12 de febrero de 2009

Sinvergüenza


El presidente del Congreso, José Bono, tuvo que recolocar apresuradamente los micrófonos cuando la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, en vez de ponerse en pie para leer su discurso, como él mismo había hecho, se quedó sentada. No por falta de respeto sino, seguramente, por falta de conciencia del carácter del acto: una sesión extraordinaria y solemne de las Cortes, reservada a los jefes de Estado de los países más amigos.

El País


Best wishes

1 comentario:

Carlos dijo...

La cara que tiene en la foto me da ganas de encajarle una cachetada.