13 de marzo de 2009

Año sabático

Sandwich de lechuga - Plato típico argentino año 2012
(con pan importado)


Hoy estuve en un vernissage con Carolina. Ella me invitó. Unas amigas de ella armaron una muestra de acuarelas. No había champán, pero el tinto se hacía querer, y los bocaditos eran de primera. Tanto que nos salteamos la cena.

Carolina me presentó a un amigo, que parece ser entusiasta comprador de obras de jóvenes artistas como sus amigas. No lo entiendo. Para mí son manchas, pero si él cree que está haciendo una buena inversión, por lo menos me está pagando el malbec y los bocaditos. Y las chicas lo miran como si fuera Richard Gere.

Tratando de evitar las típicas conversaciones de que los que estaban con Su y T-Nelly a favor de la pena de muerte, o los que discutían si el sushi de Farina es mejor que el de Madame Butterfly, o el de Carolina (que se para mí es el más rico porque me lo da en la boca con palitos y esa salsa picante que no sé cómo se llama), llegué a un grupo que por lo menos se interesaba en la polémica Riquelme - Maradona.

Oasis.

Después de dar mi total apoyo al segundo (o tercer) mejor jugador de la historia por haberse deshecho del calesitero intenté desviar el tema a la política.

Caro me codeaba y me pateaba los tobillos, pero logré enganchar a una parejita joven, de no más de 30 en el tema. Parece que ella tenía campo cerca de Las Parejas. y le interesaba todo lo referente a voltear a la yegua. Entre los tres encendimos el debate hasta que pareció volverse incontrolable.

Todos contentos con la convocatoria de hoy al espectro opositor en Córdoba. Que se van, que les ganamos en octubre, que el oficialismo no tiene escapatoria. Que cómo les dimos en Catamarca. Que Cobos. Que Lilita. Que Macri.

Ahí largué la bomba. La miré fijamente a los ojos a la rubiecita de 27 años, de piel bronceada, pelo rubio cortito casi rapado y ojos verdes como las medias de Brian O'Driscoll. Hice una pausa, en sus ojos, demasiado larga porque Caro me volvió a patear los tobillos, y dije:

"Las elecciones de 2009 no cuentan. Es más no cuentan ABSOLUTAMENTE NADA. 0%. Son irrelevantes. Aunque el oficialismo pierda por paliza tendrá todavía dos años para gobernar. Dos años malos. Muuuuy malos, podríamos asegurar. Así que le vendrá fenómeno tener dos años para desgastar a la mediocre oposición, echándole la culpa de poner palos en la rueda durante un período en el que se necesitaba estar hombro con hombro. El verdadero desafío, el único desafío se va a dar en 2011, cuando haya que elegir al sucesor de la perversa."

La rubia y su amigovio se quedaron mudos. Un señor mayor saltó, diciendo que todas las elecciones que se le ganan a los Kirchner son importantes. El elegante comprador de acuarelas asentía.

Ahí largué la segunda bomba:

"Miren: En el 2007 los K perdieron todas las elecciones parciales. Las de Misiones, las de Neuquén, las de Capital y Tierra del fuego. Pero en las presidenciales la botóxica rastrera nos abrochó"

El señor mayor se quedó mirando. Pero el inversor atisbó una respuesta, que no pude oir, porque Carolina me sacó del brazo, agradeciendo a todos los presentes, a las pintoras, repartimos besos en serie, y me metió de prepo en el Mini Cooper.

Como ya les dije, salteamos la cena.


Este domingo, a las 5 de la tarde hora de Edimburgo, el clásico celta.
"Shoulder to shoulder well answer Ireland's call"

5 comentarios:

Sine Metu dijo...

Homenaje a David Home. Mi maestro de Economía desde su columna "Dialoguitos en la city", de La Nación de los domingos, allá por los ochentas.

(Ver 7/8/2004)

Analía Alvado dijo...

Hola, les informo que el espacio de HERNÁN HAINES distinguió a Contra KRA con el premio: DIFUSORES DE VERDADES.

¡¡El Premio es de Todos!!

Un Abrazo,

http://contrakra.blogspot.com/

Rāḥēl Reznik dijo...

Bueno, debo confesarte que -además- el componente erótico del post me encantó!

Carlos dijo...

Muy bueno.
"Dialoguitos en la city" era una de mis columnas favoritas. David Home se llamaba Juan Carlos Casas, si no me equivoco.

Sine Metu dijo...

Me alegro, Raquel, y rindió sus frutos.

Efectivamente, Carlos, era medio pariente de un primo mío.