Por ejemplo, nadie sabe dónde está exactamente el Monte Sinaí, el lugar donde se le apareció a Mosheh la 'zarza ardiente'.
Bueno, ni exactamente... ni remotamente.
La palabra hebrea usada en el texto, que en inglés se dice 'bush', o sea arbusto, es seneh (סנה) -sē'nē- que quiere decir zarza, o espinos, o un montón de otras cosas, como acacia, roca espina, peña, o risco, o acantilado, etc.
Es posible que la referencia a una 'zarza ardiente' se basó en una interpretación errónea del término Sinaí סיני , el Monte Horeb, una montaña también caracterizada en muchos textos antiguos como 'de fuego'.
Muchos sabios piensan que la referencia a la' zarza ardiente' es un error de transcripción, y que en realidad el relator original se estaba refiriendo solamente al Monte Sinaí.
¿Cómo saberlo?
La palabra hebrea usada en el texto, que en inglés se dice 'bush', o sea arbusto, es seneh (סנה) -sē'nē- que quiere decir zarza, o espinos, o un montón de otras cosas, como acacia, roca espina, peña, o risco, o acantilado, etc.
Es posible que la referencia a una 'zarza ardiente' se basó en una interpretación errónea del término Sinaí סיני , el Monte Horeb, una montaña también caracterizada en muchos textos antiguos como 'de fuego'.
Muchos sabios piensan que la referencia a la' zarza ardiente' es un error de transcripción, y que en realidad el relator original se estaba refiriendo solamente al Monte Sinaí.
¿Cómo saberlo?
Bueno, resulta que Santa Elena, la madre de Constantino I el Grande, mandó a construir un templo en el lugar donde se cree que sucedió lo de la 'zarza ardiente', y Justiniano I ordenó edificar junto a la capilla un monasterio, que se conoce como el Monasterio de la Transfiguración o Monasterio de Santa Catalina o, directamente, como el Monasterio de la Zarza Ardiente.
Ahí están las reliquias de la Santa Catalina de Alejandría, sometida al martirio.
Nuestro gran amigo Mahoma -mucho después- construyó ahí una mezquita, lo que salvó el lugar de la violencia musulmana, pero esa mezquita nunca se utilizó, porque parece que los arquitectos se equivocaron, y no está orientada hacia La Meca.
Bueno, debo confesar que no conozco ese lugar, y que no sé si esos datos son veraces o no.
Incluso algunos hablan que Moshes estuvo bajo los efectos de una planta -Harmal- que crece silvestre en el Negev, con propiedades alucinógenas similares a la Ayahuasca, y que se utilizaba en esa época con fines religiosos, pero eso es una especulación, y no existe ninguna prueba que eso sea cierto.
Después de leerles Parasha Shemot, dije a mis niños en la clase: 'Como siempre, todo se confunde y se pierde en la noche de los tiempos', y todos se rieron sin poder contenerse, y entonces yo (avergonzada) también sonreí.
Bueno, ellos saben de D-os mucho más que yo.
Lo que sigue es una traducción -ligeramente inexacta- de la lectura de Parasha Shemot de hoy, que viene al cuento del post, porque en definitiva es lo que me inspiró:
El ángel de Elohim se le apareció en forma de llama de fuego, en medio de una zarza.
Vio que la zarza estaba ardiendo, pero que la zarza no se consumía.
Dijo, pues, Mosheh: 'Voy a acercarme para ver este extraño caso: por qué no se consume la zarza.'
Cuando vio Elohim que Mosheh se acercaba para mirar, le llamó de en medio de la zarza, diciendo: '¡Mosheh, Mosheh!'
El respondió: 'Heme aquí.'
Le dijo: 'No te acerques aquí; quita las sandalias de tus pies, porque el lugar que pisas es santo.'
Y añadió: 'Yo soy el Elohim de tu padre, el Elohim de Abraham, el Elohim de Yitsjaq y el Elohim de Yaaqov.' Mosheh se cubrió el rostro, porque temía ver a Helohim.
Dijo Helohim: 'Bien vista tengo la aflicción de mi pueblo en Egipto, y he escuchado su clamor en presencia de sus opresores; pues ya conozco sus sufrimientos.
He bajado para librarle de la mano de los egipcios y para subirle de esta tierra a una tierra buena y espaciosa; a una tierra que mana leche y miel, al país de los cananeos, de los hititas, de los amorreos, de los perizitas, de los jivitas y de los jebuseos.
Así pues, el clamor de los israelitas ha llegado hasta mí y he visto además la opresión con que los egipcios los oprimen.
Ahora, pues, ve; yo te envío a Faraón, para que saques a mi pueblo, los yisraelitas, de Egipto'.
Dijo Mosheh a Helohim: ¿Quién soy yo para ir a Faraón y sacar de Egipto a los yisraelitas?'
Respondió: 'Yo estaré contigo y esta será para ti la señal de que yo te envío: Cuando hayas sacado al pueblo de Egipto daréis culto a Helohim en este monte'.
Contestó Mosheh a Helohim: 'Si voy a los yisraelitas y les digo: 'El Elohim de vuestros padres me ha enviado a vosotros'; cuando me pregunten: ¿Cuál es su nombre?... ¿qué les responderé?
Dijo Elohim a Mosheh: 'Yo soy el que soy -Ehyeh Asher Ehye-' Y añadió: 'Así dirás a los yisraelitas: 'Yo soy' -Ehyeh- me ha enviado a vosotros.
Siguió Helohim diciendo a Mosheh: 'Así dirás a los yisraelitas: Adonai, el Helohim de vuestros padres, el Helohim de Avraham, el Helohim de Yitsjaq y el Helohim de Yaaqov, me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre para siempre, por él seré invocado de generación en generación.'
'Ve, y reúne a los ancianos de Yisra'el, y diles: 'Adonai, el Helohim de vuestros padres, el Helohim de Avraham, de Yitsjaq y de Yaaqov, se me apareció y me dijo: 'Yo os he visitado y he visto lo que os han hecho en Egipto. Y he decidido sacaros de la tribulación de Egipto al país de los cananeos, los hititas, los amorreos, perizitas, jivitas y jebuseos, a una tierra que mana leche y miel.'
Ellos escucharán tu voz, y tú irás con los ancianos de Yisra'el donde el rey de Egipto; y le diréis: 'Adonai, el Helohim de los hebreos, se nos ha aparecido. Permite, pues, que vayamos camino de tres días al desierto, para ofrecer sacrificios a Adonai, nuestro Elohim.
Ya sé que el rey de Egipto no os dejará ir sino forzado por mano poderosa.
Pero yo extenderé mi mano y heriré a Egipto con toda suerte de prodigios que obraré en medio de ellos y después os dejará salir.
Yo haré que este pueblo halle gracia a los ojos de los egipcios, de modo que cuando partáis, no saldréis con las manos vacías, sino que cada mujer pedirá a su vecina y a la que mora en su casa objetos de plata, objetos de oro y vestidos, que pondréis a vuestros hijos y a vuestras hijas, y así despojaréis a los egipcios'.
Ahí están las reliquias de la Santa Catalina de Alejandría, sometida al martirio.
Nuestro gran amigo Mahoma -mucho después- construyó ahí una mezquita, lo que salvó el lugar de la violencia musulmana, pero esa mezquita nunca se utilizó, porque parece que los arquitectos se equivocaron, y no está orientada hacia La Meca.
Bueno, debo confesar que no conozco ese lugar, y que no sé si esos datos son veraces o no.
Incluso algunos hablan que Moshes estuvo bajo los efectos de una planta -Harmal- que crece silvestre en el Negev, con propiedades alucinógenas similares a la Ayahuasca, y que se utilizaba en esa época con fines religiosos, pero eso es una especulación, y no existe ninguna prueba que eso sea cierto.
Después de leerles Parasha Shemot, dije a mis niños en la clase: 'Como siempre, todo se confunde y se pierde en la noche de los tiempos', y todos se rieron sin poder contenerse, y entonces yo (avergonzada) también sonreí.
Bueno, ellos saben de D-os mucho más que yo.
Lo que sigue es una traducción -ligeramente inexacta- de la lectura de Parasha Shemot de hoy, que viene al cuento del post, porque en definitiva es lo que me inspiró:
El ángel de Elohim se le apareció en forma de llama de fuego, en medio de una zarza.
Vio que la zarza estaba ardiendo, pero que la zarza no se consumía.
Dijo, pues, Mosheh: 'Voy a acercarme para ver este extraño caso: por qué no se consume la zarza.'
Cuando vio Elohim que Mosheh se acercaba para mirar, le llamó de en medio de la zarza, diciendo: '¡Mosheh, Mosheh!'
El respondió: 'Heme aquí.'
Le dijo: 'No te acerques aquí; quita las sandalias de tus pies, porque el lugar que pisas es santo.'
Y añadió: 'Yo soy el Elohim de tu padre, el Elohim de Abraham, el Elohim de Yitsjaq y el Elohim de Yaaqov.' Mosheh se cubrió el rostro, porque temía ver a Helohim.
Dijo Helohim: 'Bien vista tengo la aflicción de mi pueblo en Egipto, y he escuchado su clamor en presencia de sus opresores; pues ya conozco sus sufrimientos.
He bajado para librarle de la mano de los egipcios y para subirle de esta tierra a una tierra buena y espaciosa; a una tierra que mana leche y miel, al país de los cananeos, de los hititas, de los amorreos, de los perizitas, de los jivitas y de los jebuseos.
Así pues, el clamor de los israelitas ha llegado hasta mí y he visto además la opresión con que los egipcios los oprimen.
Ahora, pues, ve; yo te envío a Faraón, para que saques a mi pueblo, los yisraelitas, de Egipto'.
Dijo Mosheh a Helohim: ¿Quién soy yo para ir a Faraón y sacar de Egipto a los yisraelitas?'
Respondió: 'Yo estaré contigo y esta será para ti la señal de que yo te envío: Cuando hayas sacado al pueblo de Egipto daréis culto a Helohim en este monte'.
Contestó Mosheh a Helohim: 'Si voy a los yisraelitas y les digo: 'El Elohim de vuestros padres me ha enviado a vosotros'; cuando me pregunten: ¿Cuál es su nombre?... ¿qué les responderé?
Dijo Elohim a Mosheh: 'Yo soy el que soy -Ehyeh Asher Ehye-' Y añadió: 'Así dirás a los yisraelitas: 'Yo soy' -Ehyeh- me ha enviado a vosotros.
Siguió Helohim diciendo a Mosheh: 'Así dirás a los yisraelitas: Adonai, el Helohim de vuestros padres, el Helohim de Avraham, el Helohim de Yitsjaq y el Helohim de Yaaqov, me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre para siempre, por él seré invocado de generación en generación.'
'Ve, y reúne a los ancianos de Yisra'el, y diles: 'Adonai, el Helohim de vuestros padres, el Helohim de Avraham, de Yitsjaq y de Yaaqov, se me apareció y me dijo: 'Yo os he visitado y he visto lo que os han hecho en Egipto. Y he decidido sacaros de la tribulación de Egipto al país de los cananeos, los hititas, los amorreos, perizitas, jivitas y jebuseos, a una tierra que mana leche y miel.'
Ellos escucharán tu voz, y tú irás con los ancianos de Yisra'el donde el rey de Egipto; y le diréis: 'Adonai, el Helohim de los hebreos, se nos ha aparecido. Permite, pues, que vayamos camino de tres días al desierto, para ofrecer sacrificios a Adonai, nuestro Elohim.
Ya sé que el rey de Egipto no os dejará ir sino forzado por mano poderosa.
Pero yo extenderé mi mano y heriré a Egipto con toda suerte de prodigios que obraré en medio de ellos y después os dejará salir.
Yo haré que este pueblo halle gracia a los ojos de los egipcios, de modo que cuando partáis, no saldréis con las manos vacías, sino que cada mujer pedirá a su vecina y a la que mora en su casa objetos de plata, objetos de oro y vestidos, que pondréis a vuestros hijos y a vuestras hijas, y así despojaréis a los egipcios'.
7 comentarios:
Excelente articulo,lo unico "erroneo"es esa frase de que "nadie esta leyendo el blo ahora"·
Si hasta el dia de hoy ni siquiera hay pruebas de la existencia real de Moises por supuesto que no la habra sobre si consumia tal o cual sustancia
Otro de tus interesantes posts; muy bueno, Raquel.
Me encantó.
El sentido que quise darle al post:
El establecer un 'D-os sin nombre', un 'D-os que es', -Ehyeh Asher Ehye- significó en su momento un paso extraordinario, revolucionario, gigantesco e inconmensurable en la historia de la humanidad, y ese efecto aún perdura con absoluta validez.
Todo lo demás es anecdótico.
Si, significó en su momento un paso extraordinario, revolucionario, gigantesco e inconmensurable en la historia de la Humanidad, y ese efecto aún perdura con absoluta validez. El tema es que todo eso se lo debemos a Akhenatón, gracias al cual el pueblo judio desarrollo de allí su version conceptual, que fue la que consiguió difundirse
Gracias por tus posts, Raquel
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