La nueva aplicación tecnológica, que ayudará a los agricultores a tener una vida más relajada y menos pendiente de su huerta, alerta cuando las plantas requieren agua, enviando un mensaje de texto al teléfono móvil, o un mensaje electrónico por internet.
El dispositivo es implantado en el árbol o en la raíz de la planta, donde controla las corrientes eléctricas mediante pulsos, y cuando estas son bajas el sensor emite una señal de alerta.
Según los dos encargados del proyecto, Eran Raveh y Arie Nadler, expertos en biología de las plantas y suelos, el dispositivo 'será extremadamente ventajoso para agricultores de frutas y verduras" y les ahorrará "hasta un 50 % en los gastos de riego'.
Los dos científicos han tardado siete años en ver materializada su idea, para permitir que 'con este sensor, el nivel de irrigación, y sobre todo sus plazos, sean controlados por los agricultores'.
El Instituto Vulcani, situado unos kilómetros al sureste de Tel Aviv, es una institución dependiente del Ministerio de Agricultura y dedicado a la investigación agropecuaria.
Su función se extiende desde la supervisión de políticas agrarias y ganaderas al cumplimiento de normas científicas, y la búsqueda de sistemas, tecnologías y mecanismos para apoyar el desarrollo agrario.
El germen de esta institución se remonta a 1921, poco después de que los primeros inmigrantes sionistas comenzaran a dedicarse a la agricultura, con la que muchos judíos casi no tuvieron relación durante siglos.
El nuevo sensor fue presentado al público en una exhibición del Ministerio de Agricultura en el valle de la Aravá, con motivo de una conferencia para celebrar el cincuenta aniversario de la repoblación de esa zona desértica del sur.
TTI
Entre otros logros, los científicos del Vulcani fueron los que produjeron flores comestibles -rosas, gladiolos y claveles, además de otras variedades- con un nivel nutricional similar al de la lechuga, pero muchísimo más fáciles de cultivar.
Su función se extiende desde la supervisión de políticas agrarias y ganaderas al cumplimiento de normas científicas, y la búsqueda de sistemas, tecnologías y mecanismos para apoyar el desarrollo agrario.
El germen de esta institución se remonta a 1921, poco después de que los primeros inmigrantes sionistas comenzaran a dedicarse a la agricultura, con la que muchos judíos casi no tuvieron relación durante siglos.
El nuevo sensor fue presentado al público en una exhibición del Ministerio de Agricultura en el valle de la Aravá, con motivo de una conferencia para celebrar el cincuenta aniversario de la repoblación de esa zona desértica del sur.
TTI
Entre otros logros, los científicos del Vulcani fueron los que produjeron flores comestibles -rosas, gladiolos y claveles, además de otras variedades- con un nivel nutricional similar al de la lechuga, pero muchísimo más fáciles de cultivar.
1 comentario:
Es Sionismo internacional se quiere robar el agua.
Vienen por el agua!
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