21 de marzo de 2009

Pudor, provocación y metamorfosis

Bueno, la mujer retratada con una mano reposando dulcemente sobre su pubis puede verse en muchas obras pictóricas clásicas.
Si hay un mensaje ahí, me parece que es bastante sutil y no es lo que aparenta.
La Venus Dormida de Giorgio Barbarelli da Castelfranco -Girgone- inspiró a la Venus de Urbino de Tiziano Vecellio, y ésta a Olimpia -Victorine Meurent- de Édouard Manet.



Bueno, son obras realmente fantásticas, perfectas.
Pero a mí las Venus me gustan más cuando están retratadas de espaldas, como la Venus del Espejo, de Velázquez:


La Venus del Espejo - el espejo es un símbolo funerario- a su vez se inspiró, curiosamente, en el Hermafrodita Borghese, que es una copia romana en piedra de un original helenístico, probablemente de Policles, y que es una idealización de la imagen del mitológico hijo de Hermes y Afrodita, que se transformó en un ser andrógino por la unión con la ninfa Salmacis:




La única certificación literaria en la literatura clásica de esta curiosa historia se encuentra en Ovidio 'Metamorfosis' IV.402-533:

Entonces en verdad complació él, y de su desnuda figura por el deseo Sálmacis se abrasó; flagran también los ojos de la ninfa no de otro modo que cuando nitidísimo en el puro orbe
en la opuesta imagen de un espejo se refleja Febo; y apenas la demora soporta, apenas ya sus goces difiere, ya desea abrazarle, ya a sí misma mal se contiene, amente.
Él, veloz, con huecas palmas palmeándose su cuerpo abajo salta, y a las linfas alternos brazos llevando en las líquidas aguas se trasluce, como si alguien unas marfileñas estatuas cubra, o cándidos lirios, con un claro vidrio.
'Hemos vencido y mío es' exclama la náyade, y toda ropa lejos lanzando, en mitad se mete de las ondas y al que lucha retiene y disputados besos le arranca y le sujeta las manos y su involuntario pecho toca, y ahora por aquí del joven alrededor, ahora se derrama por allá; finalmente, debatiéndose él en contra y desasirse queriendo, lo abraza como una serpiente, a la que sostiene la regia ave y elevada la arrebata: colgando, la cabeza ella y los pies le enlaza y con la cola le abraza las expandidas alas; o como suelen las hiedras entretejer los largos troncos y como bajo las superficies el pulpo su apresado enemigo contiene, de toda parte enviándole sus flagelos.
Persiste el Atlantíada y sus esperados goces a la ninfa deniega; ella aprieta, y acoplada con el cuerpo todo, tal como estaba prendida: 'Aunque luches, malvado', dijo, 'no, aun así, escaparás. Así, dioses, lo ordenéis, y a él ningún día de mí, ni a mí separe de él'.
Los votos tuvieron sus dioses, pues, mezclados, de los dos los cuerpos se unieron y una faz se introduce en ellos única; como si alguien, que juntos conduce en una corteza unas ramas, al crecer, juntarse ellas, y al par desarrollarse contempla, así, cuando en un abrazo tenaz se unieron sus miembros, ni dos son, sino su forma doble, ni que mujer decirse ni que muchacho, pueda, y ni lo uno y lo otro, y también lo uno y lo otro, parece...

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