El imparable desgaste de los K
(...)la presidenta visitó Tartagal, en la provincia de Salta, uno de los lugares más pobres del país, para llevar personalmente un poco de caridad. Rodeada de vecinos del lugar y con los pies metidos en el barro hasta los tobillos, cosa que no le gusta nada, pronunció una frase para grabar en el bronce, casi un epitafio político: "¡Qué miseria estructural!". No podía decir solamente "miseria": como seudointelectual de los setenta, debía añadir "estructural", cosa que asombró a los perjudicados por el agua inclemente y por los dolores de toda la vida. ¿Cómo llegó esta mujer a la presidencia, se preguntó más de uno, sin saber que en Tartagal hay miseria estructural desde tiempos del virreinato, cuando circulaban por el lugar contadas almas? ¿De qué se admira ahora y por qué no hace al menos una promesa vana y falsa respecto de una solución? Cosas de estas, a diario.
Horacio Vázquez-Rial en Libertad Digital (España)
17 de marzo de 2009
Relatos sobre el fin de fiesta
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