3 de marzo de 2009

Why I got rid of Facebook

Esta mañana ejecuté el bien planeado asesinato de mi cuenta de Facebook. Desde que me había suscripto, por recomendación de Asturleones, estaba tratando de encontrarle una aplicación realmente útil.
En este tiempo, mi lista de "amigos" se llenó de gente a la que no conozco, de unos cuantos amigos a los que contacto por otros medios, y de otros conocidos con los que apenas cambiamos algún saludo u opinión de vez en cuando, cosa que no mejoró mucho con esto de la Web 2.0

También recibí muchísimos "regalos". Me interesó mucho un equipo de GPS para pilotos, pero dada su naturaleza virtual no me fue de mucha utilidad. Me preguntaron hasta el cansancio qué arma sería, en qué ciudad debería vivir, qué clase de asesino a sueldo sería, y otras cuestiones igualmente útiles y profundas, que no cambiaron ni un ápice mi autoconocimiento. Me llenaron de mail avisandome de mensajes y de invitaciones, algunas para interesantísimos eventos a 10, 12 o 20.000 kilómetros.
Pero lo que finalmente decidió que liquidara la cuenta fue que desde los últimos tiempos no faltaba un día en que no me apareciera una "causa", o un grupo, pidiendo la formación de un partido liberal, una coalición opositora, un partido vecinal, el juicio político a Kristina, cana para el Néstor u otros propósitos igualmente nobles, pero a los que no contribuye en nada un "aceptar" en la pantalla.
Ya el año pasado me había percatado que la cibermilitancia es bastante pobre a la hora de hechos concretos, cuando el grupo que pedía el fin de los secuestros en Colombia tenía un par de decenas de miembros en Rosario, que brillaron por su ausencia el día que hubo que poner el cuerpo y caminar por la peatonal (oportunidad en que si recuerdo la presencia de SineMetu, de nuestro lector Fernando R.R., de nuestra ex lectora Martina y de otros amigos que no suelen andar webeando, como Miguel y Mario, a quienes también tengo presente militando en serio, de cuerpo presente, por años y años)

Asi que ya saben. Si gustan contactarme, lo hacen como siempre por los medios de la arcaica Web 1.0

Facebook sigue siendo muy útil, para que los chicos de 12, 15 años arreglen la salida de la tarde. Pero no para cambiar el barrio, menos el país, y seguramente menos aún el mundo.

1 comentario:

Ramiro dijo...

La verdad es que detesto facebook.