Aquí viene a cuento una observación de Signer cuando anota que la suerte de los demagogos depende de que en el pueblo prevalezca, como en las naciones desarrolladas, la clase media, entendiendo como tal a aquella cuyo nivel económico y educativo es suficiente como para desenmascarar a los demagogos.
Así lo observó el propio Aristóteles cuando hizo notar que las democracias son estables solamente allí donde predomina la clase media.
Nuestro problema es que a estos efectos no tenemos un solo pueblo sino dos, uno humilde por sus escasos ingresos y su insuficiente nivel de educación, que habita sobre todo en el segundo cordón del Gran Buenos Aires y en algunas provincias norteñas como el dramático Chaco, y el otro expresivo de la clase media que habita en la Capital Federal, el primer cordón del conurbano y el interior de la provincia de Buenos Aires, en las ciudades de Rosario, Córdoba, Mendoza, Mar del Plata, La Plata y otras y en áreas predominantemente rurales como, por ejemplo, el sur de Santa Fe.
Por eso, Kirchner se concentra, casi desesperadamente, en el conurbano.
La paradoja es que a los habitantes de las zonas más pobres lo que menos les conviene es el kirchnerismo porque la intención de sus gobernadores e intendentes es mantenerlos en la pobreza ya que, si accedieran a la clase media, dejarían de votarlos.
Pero la meta social de los demagogos es reforzar la pobreza y la ignorancia, a las que no conciben como una instancia dramática que el país debiera superar cuanto antes sino como una reserva electoral, con sus calles de tierra y sus cloacas a cielo abierto, a la que necesitan seguir explotando.
Allí donde el pueblo asciende, los demagogos descienden.
Allí donde el pueblo desciende, los demagogos ascienden.
Esta es la injusta contradicción que exhibe la política argentina, a sólo 70 días de las elecciones.
La Nacion
El montaje de este escenario nefasto está a cargo de una malnacida, hipócrita y egoísta clase dirigente, que expresa una versión -en realidad bastante grotesca- del abyecto ladri-progresismo contemporáneo.
2 comentarios:
lo digo yo nadie me da pelota, lo dice Singer y sale en BlogBis
Lamentablemente no se puede hacer nada para cambiar esto, solo esperar que la demagogia implicione al estilo Unión Sovietica. ¿Mientras tanto? Pues disfruar la vida al mejor estilo "doctor House" y cagarme de risa de al ver como gente en la marginalidad y con dengue sigue votando "peronista". Disculpen el cinismo, pero es como se manifiesta mi hartazgo.
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