La historia de Miguel de Molina es tan española, tan de aquí, que duele con sólo teclearla. Una historia de talento roto, quebrada y trágica como la de aquella generación partida por la guerra civil, maltratada por un bando vencedor que demostró, en sus infames representantes, una falta absoluta de compasión y de decencia. Miguel de Molina era el artista más notable de su tiempo, y con él se ensañaron los nuevos amos de España, poniendo en ello toda la chulería arrogante, despiadada, de quienes se sabían impunes y poderosos.
Arturo Pérez-Reverte en XLSemanal (suplemento dominical del diario español ABC)
Se ha recordado a Miguel de Molina en estos días en España debido a que hace poco se cumplieron 100 años de su nacimiento.
Parte de su vida fue retratada en la película Las cosas del querer, que tuvo mucho éxito en Argentina.
Este cantante-actor murió en su exilio en Argentina en 1993. Cumplió por más de 50 años su castigo por haber apoyado a "los rojos" en la guerra civil española y por ser homosexual.
Lo que rescato de la maravillosa columna de Pérez-Reverte en la que lo recuerda, es la reseña del odio y la intolerancia que predominaron durante décadas en España debido a la guerra civil.
Argentina no ha sufrido un trance de similares magnitudes, pero sin embargo el odio y la intolerancia se han instalado hace unos años también en ese país.
Es lamentable que sin haber tenido conflictos tan graves como España en los años '30, la política argentina se haya convertido en un escenario de intolerancia tan grande que, por ejemplo, llegue a ser algo insólito pensar en un encuentro entre el gobierno y la oposición.
De aquellos polvos, estos lodos, gustan decir en España.
Sería bueno aprender de esa experiencia antes de que sea demasiado tarde.
1 comentario:
¡Qué buen artículo de Pérez-Reverte!
Recuerdo muy bien a Miguel de Molina, cuando yo era chico él era muy famoso en la Argentina. Un gran artista perseguido por la gentuza, como dice el artículo.
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