Aprovechando que nadie está leyendo el blog, y como siempre abusando de la infinita paciencia de los administradores, voy a empezar el post con una cita:'...hace agriar el mosto; a su contacto, los cereales se convierten en estériles, los injertos mueren, las plantas de los jardines se secan, los frutos de los árboles donde ella está sentada caen; el resplandor de los espejos se enturbian nada más que por su mirada; el filo del acero se debilita, el brillo del marfil desaparece, lo enjambres de las abejas mueren; incluso el bronce y el hierro se oxidan inmediatamente y el bronce toma un olor espantoso; en fin, la rabia le entra a los perros que prueban de dicho líquido y su mordedura inocula un veneno sin remedio. Hay más: el asfalto -esa sustancia tenaz y viscosa que, a una época precisa del año sobrenada un lago de Judea- no se deja dividir por nada, pues se adhiere a todo lo que toca, excepto por un hilo infectado por este veneno. Se dice incluso que las hormigas -esos animalejos minúsculos- le son sensibles: ellas echan los granos que transportan y no los vuelven a recoger...'
Plinio el Viejo, Historia Natural.
Les aclaro que el bueno de Plinio no estaba hablando del plutonio, sino de la menstruación.
...
Niddah es una mujer en el período menstrual, durante el cual las relaciones sexuales están absolutamente prohibidas por la Ley Judía.
La base de la regla se origina en las sabias y nunca lo suficientemente bien ponderadas Regulaciones de la Pureza de Tənax.
De acuerdo con la Halakha, las relaciones sexuales entre marido y mujer están estrictamente prohibidas durante el período de la menstruación (nidut) hasta por lo menos siete después.
Inclusive debe evitarse cualquier otra clase de contacto físico.
La práctica consiste en que la mujer -como mínimo- duerma en una cama separada desde el día en que espera la menstruación, se examine cuidadosamente a sí misma cuando la descarga de sangre menstrual parece haber finalizado, comience a contar desde ese momento siete días limpios, para finalmente sumergirse en una mikve -baño ritual- en pos alcanzar el tan ansiado estado de pureza.
Solamente en ese momento le es posible reanudar las relaciones sexuales habituales.
La relación sexual con una mujer que no se ha purificado en una mikve se considera una ofensa religiosa muy grave...
En el Tratado de Niddah en la Mishnah y en el Talmud de Babilonia se analizan a fondo la impureza ritual de las mujeres y los problemas afines.
De acuerdo a la Ley el sangrado uterino deja a una mujer en estado de Niddah solo si éste tiene uno de los cuatro tintes especificos de rojo, o si es negro, y solamente si es acompañado por una sensación corporal (Hargashah).
Pero según un Decreto Rabínico -en orden de prevenir juicios errados- una mujer viene a estar bajo la Niddah como resultado de cualquier sangrado con algún tinte de rojo, rosado o negro, aún si ella no siente Hargashah.
...
Santo Tomás -siguiendo a Aristóteles- entendía a la mujer como 'una cosa defectuosa', 'imbecillitas', 'sujeto abortado', un 'proyecto de varón frustrado, falto de cualidades', razones que le impedían -entre otras- ejercer el sacerdocio.
En el Concilio de Nicea se afirmó: 'Las mujeres cristianas deben abstenerse de entrar en la casa de Dios o en los templos durante el período de menstruación'.
Con el mismo sentido el I Concilio de Constantinopla prohibía a las mujeres recibir la hostia si estaban con la menstruación.
Y el Canon II del Concilio de Trullo de 692 (cuando se estipuló el celibato para los obispos) no permitía a la mujer acercarse al altar ni comulgar en estas circunstancias.
...
La menstruación ha sido el fenómeno fisiológico y natural que ha tenido la mayor influencia en la creación de la imagen negativa de la mujer, no sólo en la vida judía sino en la cultura universal.
Y aunque hoy podemos considerar que estas ideas son estupideces y cosas del pasado, en la actualidad en muchos hombres y en no pocas mujeres persiste un rechazo -o repugnancia- invencible para con la menstruación.
Bueno, durante miles de años esta creencia nefasta fue apoyada no sólo por la religión sino también por la ciencia.
La extensión del período menstrual hace que -si nos referimos al colectivo de las mujeres fértiles- en cualquier día del mes, de cien mujeres, la mitad de nosotras tendríamos que recluirnos por ser Niddah, o sea por estar en el período menstrual en sí y/o más los 7 días posteriores al mismo llamados 'shiva nekiim' (los siete días limpios).
Hablo en un contexto donde las mujeres -además- no teníamos prácticamente acceso a nada, y no digo una palabra de las niñas o de las ancianas, cuya actividad social siempre fue más que irrelevante.
Así, las mujeres fuimos históricamente definidas por nuestra impotencia -no podemos producir esperma- debido a la 'falta de calor' de nuestra naturaleza.
Como que éramos mujeres debido a que no podíamos ser hombres, porque -desde nuestro origen- teníamos un defecto.
...
Una mujer que descubre una mancha de sangre -por pequeña que sea- en su ropa o en otra superficie debe ser considerada Niddah.
La Halakha -costumbre- en tales casos puede depender de si ella sintió o no Hargashah, o sea si tuvo o no las sensaciones corporales.
Si sintió, entonces -obviamente- es considerada Niddah.
Pero si no sintió, su condición depende de varios factores, y la sospechosa debería de inmediato consultar a un Rabino.
Hasta que el asunto no sea resuelto -le guste o no- la involucrada debe seguir todas las reglas de la Niddah.
En la consulta el Rabino le preguntará algunas cosas, como si su cuerpo tiembla, si percibe su útero abierto, o si siente el derrame.
...
Les aclaro que Zavah se refiere a lo que es anormal, inusual, fuera de lo acostumbrado, pero en el fondo es más de lo mismo.
...
La noche que las mujeres debemos sí o sí sumergirnos en el baño ritual para poner fin al Niddah es -aproximadamente- 12 a 15 días después de que nos comenzó la menstruación, los que consume -en la práctica- la mitad del tiempo de nuestra vida útil.
...
Como una ayuda, para cumplir fielmente con las normativas no está prohibido -manteniendo el anonimato- recurrir a un calendario online.
...
De los pormenores del 'examen interno', del hefsek Tahara, de mostrar el paño Bedikah, los colores prohibidos, los colores dudosos, y demás situaciones algo enojosas, algún día -cuando tenga más tiempo- les contaré.
...
A veces pienso que cuando se aplica un precepto -aunque sea idiota- durante miles de años, la norma se termina como incorporando al genoma, y es muy difícil de revertir.
Plinio el Viejo, Historia Natural.
Les aclaro que el bueno de Plinio no estaba hablando del plutonio, sino de la menstruación.
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Niddah es una mujer en el período menstrual, durante el cual las relaciones sexuales están absolutamente prohibidas por la Ley Judía.
La base de la regla se origina en las sabias y nunca lo suficientemente bien ponderadas Regulaciones de la Pureza de Tənax.
De acuerdo con la Halakha, las relaciones sexuales entre marido y mujer están estrictamente prohibidas durante el período de la menstruación (nidut) hasta por lo menos siete después.
Inclusive debe evitarse cualquier otra clase de contacto físico.
La práctica consiste en que la mujer -como mínimo- duerma en una cama separada desde el día en que espera la menstruación, se examine cuidadosamente a sí misma cuando la descarga de sangre menstrual parece haber finalizado, comience a contar desde ese momento siete días limpios, para finalmente sumergirse en una mikve -baño ritual- en pos alcanzar el tan ansiado estado de pureza.
Solamente en ese momento le es posible reanudar las relaciones sexuales habituales.
La relación sexual con una mujer que no se ha purificado en una mikve se considera una ofensa religiosa muy grave...
En el Tratado de Niddah en la Mishnah y en el Talmud de Babilonia se analizan a fondo la impureza ritual de las mujeres y los problemas afines.
De acuerdo a la Ley el sangrado uterino deja a una mujer en estado de Niddah solo si éste tiene uno de los cuatro tintes especificos de rojo, o si es negro, y solamente si es acompañado por una sensación corporal (Hargashah).
Pero según un Decreto Rabínico -en orden de prevenir juicios errados- una mujer viene a estar bajo la Niddah como resultado de cualquier sangrado con algún tinte de rojo, rosado o negro, aún si ella no siente Hargashah.
...
Santo Tomás -siguiendo a Aristóteles- entendía a la mujer como 'una cosa defectuosa', 'imbecillitas', 'sujeto abortado', un 'proyecto de varón frustrado, falto de cualidades', razones que le impedían -entre otras- ejercer el sacerdocio.
En el Concilio de Nicea se afirmó: 'Las mujeres cristianas deben abstenerse de entrar en la casa de Dios o en los templos durante el período de menstruación'.
Con el mismo sentido el I Concilio de Constantinopla prohibía a las mujeres recibir la hostia si estaban con la menstruación.
Y el Canon II del Concilio de Trullo de 692 (cuando se estipuló el celibato para los obispos) no permitía a la mujer acercarse al altar ni comulgar en estas circunstancias.
...
La menstruación ha sido el fenómeno fisiológico y natural que ha tenido la mayor influencia en la creación de la imagen negativa de la mujer, no sólo en la vida judía sino en la cultura universal.
Y aunque hoy podemos considerar que estas ideas son estupideces y cosas del pasado, en la actualidad en muchos hombres y en no pocas mujeres persiste un rechazo -o repugnancia- invencible para con la menstruación.
Bueno, durante miles de años esta creencia nefasta fue apoyada no sólo por la religión sino también por la ciencia.
La extensión del período menstrual hace que -si nos referimos al colectivo de las mujeres fértiles- en cualquier día del mes, de cien mujeres, la mitad de nosotras tendríamos que recluirnos por ser Niddah, o sea por estar en el período menstrual en sí y/o más los 7 días posteriores al mismo llamados 'shiva nekiim' (los siete días limpios).
Hablo en un contexto donde las mujeres -además- no teníamos prácticamente acceso a nada, y no digo una palabra de las niñas o de las ancianas, cuya actividad social siempre fue más que irrelevante.
Así, las mujeres fuimos históricamente definidas por nuestra impotencia -no podemos producir esperma- debido a la 'falta de calor' de nuestra naturaleza.
Como que éramos mujeres debido a que no podíamos ser hombres, porque -desde nuestro origen- teníamos un defecto.
...
Una mujer que descubre una mancha de sangre -por pequeña que sea- en su ropa o en otra superficie debe ser considerada Niddah.
La Halakha -costumbre- en tales casos puede depender de si ella sintió o no Hargashah, o sea si tuvo o no las sensaciones corporales.
Si sintió, entonces -obviamente- es considerada Niddah.
Pero si no sintió, su condición depende de varios factores, y la sospechosa debería de inmediato consultar a un Rabino.
Hasta que el asunto no sea resuelto -le guste o no- la involucrada debe seguir todas las reglas de la Niddah.
En la consulta el Rabino le preguntará algunas cosas, como si su cuerpo tiembla, si percibe su útero abierto, o si siente el derrame.
...
Les aclaro que Zavah se refiere a lo que es anormal, inusual, fuera de lo acostumbrado, pero en el fondo es más de lo mismo.
...
La noche que las mujeres debemos sí o sí sumergirnos en el baño ritual para poner fin al Niddah es -aproximadamente- 12 a 15 días después de que nos comenzó la menstruación, los que consume -en la práctica- la mitad del tiempo de nuestra vida útil.
...
Como una ayuda, para cumplir fielmente con las normativas no está prohibido -manteniendo el anonimato- recurrir a un calendario online.
...
De los pormenores del 'examen interno', del hefsek Tahara, de mostrar el paño Bedikah, los colores prohibidos, los colores dudosos, y demás situaciones algo enojosas, algún día -cuando tenga más tiempo- les contaré.
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A veces pienso que cuando se aplica un precepto -aunque sea idiota- durante miles de años, la norma se termina como incorporando al genoma, y es muy difícil de revertir.
...
Bueno, incluso hoy la mayoría de las Maestras de Tənax y las Consejeras de Campamentos nos seguimos asegurando cuidadosamente que ninguna de nuestras alumnas haya entrado en estado de Niddah durante ciertas ceremonias -como el Bat Mitzvah- ni siquiera en los tediosos y prolongados ensayos previos, por supuesto.
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¡Glup!
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1 comentario:
Raquel, hemos hablado largo y tendido sobre este tema hace tiempo ya; y no ha surgido nada nuevo que me haya hecho cambiar mi opinión.
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