Lo que sí resulta inédito es la magnitud con que esos recursos estatales se han volcado ahora de manera masiva para montar y alimentar la campaña de alguien que, como Néstor Kirchner, no forma parte del Gobierno ni ha formalizado aún su candidatura a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires, pese a estar en marcha su campaña disfrazada de no campaña.
Una investigación realizada por LA NACION reveló que el financiamiento público de su carrera proselitista es constante y que la Casa Rosada se encarga, desembozadamente, del alquiler del helicóptero en el que Kirchner se desplaza para asistir a los actos políticos, de la filmación y televisación en vivo de esos encuentros mediante la burda utilización del Canal 7, de la transcripción y distribución de sus discursos y del aporte del personal del Estado necesario para que la organización de esos actos funcione como reloj.
Posiblemente se trate de un vicio familiar y de una devolución de favores, porque su esposa Cristina hizo lo mismo cuando él era presidente y ella, como primera dama, viajó por el mundo para una gira de 'instalación internacional' poco antes de las elecciones de 2007, que la llevaron a la Presidencia.
La cantidad de hechos y de escándalos -sin olvidar el de la Anses- que en forma continua muestran que, para los Kirchner, el Estado es una prolongación de su sociedad matrimonial y política, no debe anestesiar a la sociedad y aún menos a la Justicia, hasta hacerlas caer en la indiferencia.
Los fondos desviados para sostener la campaña del ex presidente provienen, precisamente, de la sociedad.
A ella le pertenecen y a ella le han sido escandalosamente sustraídos.
La Nacion
1 comentario:
Me encantó la foto. Felicitaciones!!
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