9 de mayo de 2009

Grosera indecencia

El escandaloso uso irregular de fondos públicos para campañas electorales del oficialismo, por desgracia, no es una novedad entre nosotros. 
Lo que sí resulta inédito es la magnitud con que esos recursos estatales se han volcado ahora de manera masiva para montar y alimentar la campaña de alguien que, como Néstor Kirchner, no forma parte del Gobierno ni ha formalizado aún su candidatura a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires, pese a estar en marcha su campaña disfrazada de no campaña.
Una investigación realizada por LA NACION reveló que el financiamiento público de su carrera proselitista es constante y que la Casa Rosada se encarga, desembozadamente, del alquiler del helicóptero en el que Kirchner se desplaza para asistir a los actos políticos, de la filmación y televisación en vivo de esos encuentros mediante la burda utilización del Canal 7, de la transcripción y distribución de sus discursos y del aporte del personal del Estado necesario para que la organización de esos actos funcione como reloj.
Posiblemente se trate de un vicio familiar y de una devolución de favores, porque su esposa Cristina hizo lo mismo cuando él era presidente y ella, como primera dama, viajó por el mundo para una gira de 'instalación internacional' poco antes de las elecciones de 2007, que la llevaron a la Presidencia.
La cantidad de hechos y de escándalos -sin olvidar el de la Anses- que en forma continua muestran que, para los Kirchner, el Estado es una prolongación de su sociedad matrimonial y política, no debe anestesiar a la sociedad y aún menos a la Justicia, hasta hacerlas caer en la indiferencia.
Los fondos desviados para sostener la campaña del ex presidente provienen, precisamente, de la sociedad.
A ella le pertenecen y a ella le han sido escandalosamente sustraídos.

La Nacion

1 comentario:

Pablo dijo...

Me encantó la foto. Felicitaciones!!