6 de mayo de 2009

...tienen ese no se qué...



"El 40% de los 16 millones de m2 de veredas de la Ciudad están en malas condiciones por culpa de la falta de control de administraciones anteriores sobre las empresas de servicios públicos", sostiene el ministro de Ambiente y Espacio Público, Juan Pablo Piccardo.

Clarín (Argentina)
Siempre digo que una de las primeras cosas que se dejan de hacer cuando uno pasea por ciudades del extranjero es mirar hacia abajo para evitar tropezarse.

Las baldosas rotas de Buenos Aires - no si se aplica al resto de las ciudades argentinas - son un clásico.

Lo normal es recorrer las veredas porteñas saltando charcos, sorteando pozos enormes de obras mal señalizadas y evitando pozos que prometen bonitos esguinces.

¿Por qué es éste un signo característico de la capital Argentina?

Creo que de la misma forma que pasa con otras cosas, la resignación a lo roto y a lo que funciona a medias (ya sea servicios, gobernantes o lo que sea) es lo que sobresale en la mentalidad de la mayoría de los argentinos.

Me viene ahora a la mente el contraste con la ciudad de Londres y su enorme población carteles de advertencia. Algunos avisan sobre defectos puntuales que pueden resultar peligrosos para el peatón, otros hasta piden disculpas por obras que interrumpen una simple caminata por la acera.

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