1 de mayo de 2009

Visiones [1]: לחלום

Para poder hablar de la 'sustancia primordial' es necesario previamente tratar algunos conceptos relativamente complejos, a los que la cultura occidental no está acostumbrada a percibir.
Uno de ellos se refiere al 'tiempo', al que de alguna manera deberemos hacernos particularmente sensibles para poder avanzar.
El 'tiempo' no es algo amorfo que transcurre pasivamente mientras las cosas pasan.
El tiempo siempre es 'causa' en sí mismo.
Cuando enseño Tənax siempre pongo el ejemplo de cuando Moshe se encontró con la zarza ardiente.
Bueno, él tuvo miedo de mirar.
No estuvo mal por eso, pero lo único que Di-s le exigió en ese momento fue que se descalzara, porque la tierra que estaba pisando era santa.
Moshe al cerrar los ojos se perdió una oportunidad única, que nunca más se volvió a repetir.
Podemos recordar a la mujer de Lot  que, por el contrario, miró, y de inmediato fue aniquilada.
Pero ella tenía expresamente prohibido darse vuelta y ver lo que estaba sucediendo, y desobedeció.
La única diferencia entre ambos sucesos fue 'el tiempo'.
Porque -como en todas las cosas- hay tiempo de mirar y tiempo de cerrar los ojos, y lo que hacemos depende únicamente de nosotras mismas.   
Tənax estipula que tanto los logros como los fracasos humanos constituyen el sentido de la existencia del mundo y del tiempo.
Y que en cada nuevo giro en la espiral del tiempo se deja una especie de impronta en el fantástico e incomprensible tejido del universo.
La Creación -de esta manera- desarrolla su predeterminada intención de progresar hacia [Tikkun] su culminación.
Es por eso que en Tənax el tiempo mismo constituye el centro del esfuerzo y del proyecto de la humanidad en general y de cada persona en particular.
Así, cada momento es único, tan especial y singular como es singular y especial el ser humano único e irrepetible que actúa en él, aún sin darse cuenta.
Este concepto se refleja en el vocablo que designa el año [shaná] que tiene el significado de 'repetición' pero también de 'cambio', 'transformación' o 'evolución'.
...
De hecho, mi relación con Di-s se materializa en la diversidad de instantes dentro de las espirales del tiempo en las que existo, participo y expreso mis vivencias.
...
Tanto Moshe como la mujer de Lot carecieron de la necesaria sensibilidad. 
Uno debía mirar, y no lo hizo porque se atemorizó, y no tuvo nunca más otra oportunidad de hacerlo.
La otra no debía, pero desobedeció, y murió.
...
Pero nunca la situación será tan profunda o complicada como para que no podamos darnos cuenta, porque Di-s es sencillo y está predispuesto, y sólo quiere que abramos nuestro corazón. 
...
Bueno, comprender la 'sustancia adánica' nos exige un esfuerzo ligeramente superior.
Porque ella es absolutamente atemporal.
...
Adam fue un ente totalmente espiritual, y su 'cuerpo' -paradójicamente- era también espíritu.
Y de sus componentes masculino y femenino perfectamente integrados quedan solamente vestigios dispersos.
La estructura cósmica de Adam se pulverizó, pero la culminación [Tikkun] será el encuentro definitivo de esos fragmentos.
...
Debo obligadamente hacer pronto una pausa para reflexión.
En condiciones normales tratar este tema lleva un par de meses en un contexto de estudio profundo de Tənax, que difícilmente pueden ser reemplazados por una líneas en algunos posts.
...
Para hacer una aproximación figurativa, se trata de lograr que Shekhinah abandone sus ropajes negros y luzca resplandeciente, pero transmitir aunque sea marginalmente lo que significa la potencia femenina de D-os y su participación en la creación de la 'sustancia adánica' lleva siempre algún tiempo.
...
La ausencia de armonía entre lo masculino y femenino que impera en la cultura occidental es un obstáculo posiblemente del todo insalvable porque genera una tensión permanente.
Bueno, la causa de todo en definitiva es Di-s, porque esto es la consecuencia de un acto de purificación de Él, en tanto y en cuanto debió de alguna manera segregar el mal que debió existir en su interior.
Y en cada fallo que cometemos renovamos ese primer error, quiero decir la consumación prematura de la unión, y el comienzo y la continuación de un largo y penoso exilio.
...
Siento que me estoy poniendo un poco esotérica, pero para mí la gran mitzva es interpretar lo suficientemente bien Tənax.
Después de todo, yo soy sólo Raquel -una rústica creyente bastante poco favorecida- y no la madre Tsiyyôn.
Y unificar a Di-s y a Shekhinah requiere de ejercicios mentales extraordinariamente complejos que derivan en la unión por medio de las plegarias.
Muchos sabios talmúdicos aseguran haber visto u oído a Shekhinah en sus manifestaciones terrenas, pero muchos de esos relatos son secretos cabalísticos a los que nunca tuve acceso.
Haber escuchado 'Yo soy la madre que castiga a sus hijos, yo soy la que llaman Matronit, yo soy la Mishna, que habla en su boca, yo soy la que seca el mar, la que atraviesa a Rahab, yo soy la madre que castiga, yo soy el ángel que redime el misterio de Jacob'... se atribuye al Rabí Iosef Caro, del siglo XVI.
...
De las relaciones 'eróticas' de Iosef con su Maggid-Shekhinah diré solamente que es muy posible que existieran, pero siempre en el plano espiritual.
...
Pausa de reflexión.

No hay comentarios.: