17 de junio de 2009
Hidden curriculum
Llama la atención la fecha que eligió el régimen ahora a cargo de Raúl Castro para conceder a la doctora Molina la autorización para salir de Cuba.
Coincide con el último tramo de la campaña electoral argentina, razón por la cual el gobierno de los Kirchner, que nunca se mostró sensible con su caso, quiso capitalizarlo como si hubiera tenido algún mérito en ello.
La propia Presidenta estuvo en La Habana a mediados de enero.
No se reunió con ella, ni recibió a las esposas de los disidentes, agrupadas bajo el denominador común de Damas de Blanco como, en su momento, en la Argentina, las Madres y las Abuelas de la Plaza de Mayo.
Según esta particular visión de las cosas, al parecer, una dictadura comunista que tiene presos políticos viola menos los derechos humanos que una dictadura militar.
La Nación
Lo que Hilda olvida es que el criterio del gobierno cubano respecto de la libertad en general y de la libertad de salir de su territorio en particular no ha cambiado desde que ella ha pasado a ser una disidente del régimen.
Antes, cuando ella era un miembro destacado del partido comunista y del gobierno, esa política era la misma: las personas no podían abandonar Cuba sin permiso.
Habría sido interesante que la Dra. Molina se hubiera preocupado por el destino de la libertad y por el deseo de sus conciudadanos de salir del país EN ESE MOMENTO, cuando su ascendencia con Fidel quizás le habría dado a los cubanos una esperanza de que el régimen cambiara.
Lamentablemente Hilda Molina se acordó de reparar en los beneficios de la libertad cuando las cadenas se las pusieron a ella, pero cientos, o quizás miles de cubanos, se hallaban ya en la situación que luego padeció ella, ANTES de que a la Dra. le pareciera importante preocuparse.
Carlos Mira
Por supuesto, cuando los rublos y el petróleo llovían como maná socialista desde la Unión Soviética y permitían sostener un cierto bienestar en la isla, la doctora Hilda era una socialista ejemplar, ejemplo entre los científicos del país.
Ejemplo de obtener las mejores notas por su compromiso con la Revolución.
Ejemplo de obsecuencia ciega que muestra, a todas luces, la superioridad de la ciencia socialista sobre la ciencia burguesa.
No le importaron décadas de fusilamientos, ausencia de libertad de prensa, cárcel, persecución y opresión a los opositores, etc.
Hilda estaba contenta con su sistema de salud ejemplar, y no tenía problemas en tolerar todas las aberraciones,todos los atropellos y humillaciones (hacia otros cubanos, claro está).
Quiñones, el hijo, desertó de Cuba.
Algunas versiones aseguran que había sido comisionado con 100.000 dólares para viajar a Japón a comprar equipos médicos, pero terminó recalando en Buenos Aires y poniendo una clínica privada.
¿Habrá utilizado para eso dinero estatal cubano?
La duda se alimentó con su negativa a viajar a La Habana con su esposa argentina y sus dos hijos para que conocieran a su abuela.
Así lo había propuesto Fidel Castro ante la primera carta de Néstor Kirchner reclamando la salida de la doctora.
Pese a que el jefe de Estado cubano le daba todas las garantías a Quiñones para que fuera a La Habana y volviera a Buenos Aires, éste rehusó a viajar.
¿Tan poco extrañaba a su madre?
¿No era tan fuerte su deseo de que los chicos vean a la abuela?
¿O en realidad Quiñones tenía miedo que le reclamen algún vuelto?
Taringa!
Bueno, de lo que se dice de la Dra. Molina (y de sus experimentos) en Baracutey Cubano no voy a opinar, porque eso no me consta, aunque nadie jamás lo desmintió.
Pero por algo será que esta buena señora recibió las Distinciones por 10, 15 y 20 años de Servicio en el siniestro Ministerio del Interior de Cuba (MINIT), émulo implacable del tristemente célebre Ministerium für Staatssicherheit de la Alemania Oriental.
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2 comentarios:
Todo esto es muy raro... todo, incluido el "rescate".
La Mengele cubana venía para ver a sus nietos, pero se la pasa de programa de TV en programa de TV y de reportaje radial en reportaje radial.
Flor de turra.
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