10 de junio de 2009

If I could, I would give it to him, but...

Ayer:

En la tarde del miércoles, el plenario del parlamento israelí votará en primera instancia el proyecto de ley del partido opositor Kadima, que instaura la institución del matrimonio civil en Israel, hasta hoy sólo existe el casamiento religioso.
La iniciativa del principal partido opositor (Kadima) es muy similar al proyecto sobre el mismo tema presentado en el parlamento israelí anterior, por el partido de los inmigrantes rusos 'Israel Nuestro Hogar' liderado por el canciller Avigdor Liberman, que en su campaña electoral se comprometió a instaurar los casamientos laicos.
De este modo, se busca solucionar el problema de más 300 mil inmigrantes rusos que actualmente no pueden legalizar sus casamientos porque no se encuadran en las exigencias de la Halajá (legislación rabínica ortodoxa).
El problema de los ministros de 'Israel Nuestro Hogar' es que ahora como integrantes del gobierno no pueden votar por una ley que no es admitida por los acuerdos de la actual coalición israelí.
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Hoy:

El Knesset rechazó en el Plenario un proyecto de ley para permitir la legalización de los matrimonios civiles en Israel.
El Partido Laborista e Israel Beitenu, que había apoyado el proyecto durante su campaña electoral, votaron en contra o se abstuvieron.
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Guysen International News

Bueno, ya comenté una vez que uno de los más grandes problemas de la sociedad israelí es definir la pertenencia o no al pueblo judío, quiero decir su identidad.
La cuestión es muy conocida por todas las comunidades en la Diáspora, y con frecuencia se producen debates muy interesantes cuando se aborda esta cuestión.
Bueno, en Israel los judíos son mayoría y son gobierno, pero como siempre la política y el poder complican un poquito la cosa.
El origen de la polémica está en las mismas raíces del sionismo, el movimiento de liberación nacional que fue el primero en ver al judaísmo como una nación, basada en una tierra y una cultura.
Es que el sionismo resolvió prácticamente todo, menos el problema de la identidad.
Porque hay judíos laicos, judíos ateos, e incluso muchos judíos que no son judíos del todo.
Porque ser judío significa pertenecer a un pueblo, no a una religión.
Pero... ¿Quién decide en defintiva si una persona es judía o no?
Unicamente el Rabinato puede hacerlo.
La Ley del Retorno permite que todos los que sean hijos de judíos -de padre o de madre, descendientes de judíos hasta la tercera generación- hagan aliá, sean admitidos como ciudadanos israelíes, se enrolen en las FDI e incluso a que mueran en combate defendiendo al Estado de Israel.
Porque 'Aliá' -ascenso- es la palabra hebrea para designar la inmigración.
Bueno, hasta ahí la ley civil.
Pero según la inflexible Halakah los que no son hijos de madres judías no son judíos, así que aunque sean ciudadanos israelíes si se quieren casar tienen que hacerlo en Chipre, y si se les ocurre morir tienen que resignarse a ser enterrados en las parcelas separadas que, para los no judíos, existen en los cementerios.
Por eso, miles de inmigrantes que son elegibles para la ciudadanía en virtud de la Ley del Retorno, no son elegibles para el matrimonio judío por parte del Rabinato de Israel.
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3 comentarios:

super dijo...

Si pertenecer al pueblo judío depende de ser hijo de judíos, entonces el factor unificador del pueblo judío es la raza.

Rāḥēl Reznik dijo...

No.

Sine Metu dijo...

un arquitecto amigo de mi hermana se casó con una chica que no era judía pero se convirtió y ahora vive allá